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- 42 - Nos dirigimos a dicha casa donde estaban ya las re– liquias introducidas en su caja de madera, de la cual ha– bían sido extraídas para salvarlas; pero perdiendo la auténtica. Ante todo oramos ante ellas, y rezamos en unión de los circunstantes, que con gran fervor daban gracias a Dios por haber conservado tan precioso teso– ro, atribuyendo al Beato Diego José de Cádiz el mi– lagro de la liberación de la ciudad del dominio rojo. Después de contemplar los restos, con el consuelo y veneración que se puede suponer, pues nunca creímos tener esta dicha, dimos a besar algunos huesos de los de mayor tamaño a los circunstantes, e inmediatamente procedimos a clausurar la caja de madera, y con las fir– mas de los testigos de mayor excepción, le pusimos va– rios precintos, a fin de que conservaran la autenticidad posible, hasta que el Excmo. Sr. Obispo de Málaga dis– ponga lo necs:sario, para proceder a la canónica y defi– nitiva. Fué el momento oportunísimo para extraer alguna reliquia insigne para nuestros Conventos; pero teniendo presente la voluntad de la Iglesia en estos casos, desisti– mos de ello, y sólo dejamos fuera tres vértebras, encerra– das en sobres y con las firmas correspondientes. Levantada acta de todo fo ocurrido y firmada, en procesión de acción de gracias, transportamos las sagra– das reliquias al mismo sitio donde expiró el Apóstol de Andalucía, y desde ese momento no han cesado los fie– les de visitarlas y de atribuir a su intercesión el que Ron– da se haya salvado y no haya sido destruida por los rojos. Inmensa satisfacción experimentamos al consignar la salvación de las reliquias de nuestro Beato Diego Jo– sé de Cádiz, precisamente el Apóstol, enviado por Dios para dar la batalla a la revolución moderna: joya ina– preciable para nuestra Provincia de Andalucía, que lo

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