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18 - A la muerte del P. Ambrosio de Valeocina publicó sus obras póstumas y especialmente «La Salve Expli– cada». Religioso austero y de observancia, muy amante de su Orden y de sus tradiciones, sevillano de cornzón, vi– vió consagrado a l 1 predicación y a los trabajos apostó– licos, hasta agotar su salud, y, a pesar de su enfermedad y agotamiento, desempeñaba el cargo de Director del Colegio Seráfico de Antequera, en el que llegaron a reu– nirse setenta niños, aspirantes a capuchinos, que cursa– ban Latín y Humanidades, y de los cuales era el padre vigilante y cariñoso, todo entregado a su iormación es– piritual. Sorprendido por los rojos, se fracturó las pierr.as al saltar por una ventana, y, llevado por ellos a la Cruz Ro– ja, en el camino las turbas pidieron durante largo trecho su muerte, siendo rematado a tiros por los marxistas, en odio a la religión, y muriendo santamente el día 3 de agosto. Dios ha coronado una vida de trabajos por la Iglesia y la Orden con la corona del martirio, precisa– mente en la ciudad de Antequera, que evangelizó duran– te tantos años y a la que tanto cariño profesaba. Sevilla y su provincia pueden contarlo desde hoy entre sus hijos ilustres, que diera su sangre por la con– fesión de su fe». El pueblo de Valencina ha querido rendír un senti– do homenaje a la memoria de su preclaro mártir. Ce– lebró en su parroquia solemnísimos funerales, con asis– tencia de las autorid"des, familia del P. Luis, los ni– ños de los colegios y numeroso público que llenaban por completo la Iglesia. Terminados estos, se organizó el desfile, precediendo los flechas uniformados, y se le