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- 13 - La prensa de Sevilla ha publicado en honor de este benemérito religioso el artículo siguiente: «Entre los Capuchinos fusilados en el Convento de Antequera se destaca el M. R. P. Angel de Cañete, muy conocido y querido por el pueblo sevillano, por haber sido varias veces Guardián y Vicario del Convento de Sevilla. Los revolucionarios, al asesinarlo despiadadamente, han estado una vez más en contradicción con ellos mis– mos. Porque el P. Angel era un verdadero padre de los pobres. Su celda era una agencia de colocaciones; su maquinilla, antigua y desvencijada, escribía sin cesar docenas de cartas, contestación a las peticiones de favo– res, trabajo y limosnas, importunando a sus amigos y poniendo al servicio de los obreros su actividad prodi– giosa. Nada para sí, ni por su propio medro o interés, sino que su lema era: todo para obras de caridad y soco– rro de los necesitados. Salir el P. Angel a la calle y recibir continuas mues– tras de agradecimiento de sus protegidos, era una misma cosa. Lo mismo ocurría en las fábricas, en los tranvías, estaciones del ferrocarril, y donde quiera que posaba sus plantas, dejaba una colonia de obreros, a los que él de– sinteresadamente les había proporcionado un decoroso bienestar. Apóstol de la devoción al Sagrado Corazón de Je– sús y del Amor misericordioso, su ideal más ferviente fué la implantación del Reinado Social del Corazón de Jesús en España, que viene a reinar pisando la alfombra roja de su sangre. Su alma estaba vaciada en el molde tradicional de España Católica, y en todo procedía como aulér,tico tra– dicionalista. Tanta era su integridad, que, habiendo es-

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