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OBRAS DE LA LEY Y LEY DE CRISTO SEGUN SAN PABLO (15) estableciendo la paz y reconcilíándolos en un solo cuerpo con Dios me– diante la cruz, dando muerte en sí mismo a la enemistad". Cristo rompe las barreras que separaban abismalmente a los hombres y pueblos. Per– sonas que pertenecían a religiones diferentes no podían comer ni hablar juntas, ni realizar en común acto alguno cotidiano; apenas podían hablar entre sí. Para Pablo la fe en Cristo supone la liberación de estos compartimentos estancos, de todos los nacionalismos religiosos con sus ritos alienantes y segregacionistas. Así, la religión cristiana se convierte en la religión univer– sal por excelencia. Caen las barreras que separaban a griegos y judíos, a hombres libres y esclavos, a varones y mujeres. El esclavo se convierte en un hombre liberado por el Señor (1 Co 7,22), el griego ya no es un extraño, sino "un ciudadano de los santos y familiares de Dios" (Ef 2,19), la mujer es amada y respetada por su esposo (Ef 5,25). En cuanto a su destino decisivo de vida y de muerte los hombres son iguales, "porque no hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios; son justificados bondadosamente por su gracia, en virtud de la redención reali– zada en Cristo Jesús, a quien Dios constituyó como instrumento de propi– ciación rociado con su sangre y que cobra eficacia mediante la fe para manifestar su justicia condonando los pecados cometidos anteriormente" (Rm 3, 22-25). Cristo es nuestra paz y nuestra reconciliación. El concepto hebreo de "shalom" = paz es polisémico, rico en significados. Incluye: paz, alegría, libertad, integridad, comunidad, armonía, justicia, verdad, comunicación. "Shalom "constituye un concepto salvífico global: es la salvación, pero no entendida como salvación del alma o paz del alma, sino con el significado de un mundo puesto a salvo. El "shalom" sólo llega a realizarse en el mundo cuando todas las relaciones mutuas están en orden, tanto las rela– ciones entre Dios y el hombre como las existentes entre hombre y hombre. Dios no quiere telones de acero o de bambú. 25 Desde que Dios irrumpe en el mundo por medio de Jesús los nacionalismos y regionalismos tienen un límite: "Ya no hay judío ni griego, ni siervo ni esclavo, ni varón ni hembra, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gl 3,28). De aquí se sigue que la tarea fundamental y radical que se impone a los heraldos del mensaje, unos con la palabra y otros con la vida, es la de anunciar la reconciliación. Todo lo que divide, separa, aleja, enfrenta y 25 F. MussNER. Tratado sobre los judíos, 355-357. N.H. YoUNG. Paidagogos: The Social Setting of Pauline Me1aphor, NT 29 (1987) 175-176. ST. KENT Srnwrns. Social Srarus. Pub!ic Speaking ami Prívate fraching: Thc Circunstanccs q( Pauf'Preaclzing Activiry, NT 26 (1984) 57-82. 27

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