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(10) CARLOS DE VJLLAPADIERNA participar de los efectos de su resurrección (Gl 2, 20): la justificación y la vida del mundo nuevo. El camino para recibir estos beneficios es el "ser en Cristo" (Gl 2,17; 3, 26-28), un proceso en el que la fe (Gl 3,26), el bau– tismo(Rm 6, 3-9; 1 Co 12,13; Gl 3,27), la Eucaristía (1 Co 10, 16s), el sufrimiento (Fm 8,17; 2 Co 4,10s; FI 3,10s) y el Espíritu Santo (Rm 8,9; 1 Co 12,13) juegan un papel necesario y decisivo. En este sentido conside– ramos acertadas las palabras de Eichholz: "El encuentro con Cristo tuvo para Pablo la consecuencia de que Cristo se convirtió en el centro de su teología, como antes la torá tuvo que haber sido el centro de su teolo– gía"_ 13 La justificación, pues, se realiza por la fe en Cristo y no por las obras de la ley, cuya afirmación se sintetiza lapidariamente en la carta a los ro– manos: "Porque Cristo es el fin de la ley para la justicia de todo creyente" (10, 4). La frase hay que entenderla en el sentido de que con Cristo termina la ley. A ello nos fuerzan los contrastes característicos que establece Pablo en Romanos 9,30-10,8: justicia por la fe/justicia por las obras, justicia de Dios/justicia propia, justicia por la ley de Moisés/justicia por la fe. 14 Pero debemos librarnos de la pretensión de muchos protestantes que convierten el tema de la justificación por la fe en el centro de la teología paulina y en su punto esencial de arranque. Hay que partir necesariamente del acontecimiento-Cristo y de sus múltiples implicaciones. Según la fórmula típicamente paulina, la vida cristiana se desarrolla "en Cristo"; el cristiano hunde sus raíces y adquiere así un nuevo ser, encontrando en él el origen, la substancia y la plenitud de su propia identidad. A partir del aconteci– miento se configura un hombre nuevo (1 Co 2 Co 5,17; Cl 3,10; Ef 2,15; 4,24) que sustituye al "hombre viejo" (Rm 6,6; CI 3,9; Ef 4,22). Esta "novedad", que es pura gracia, está definida con varios vocablos con– ceptos fundamentales y sinónimos: salvación, justificación, liberación– libertad, reconciliación. 15 A la luz de todo esto es imposible ya sostener la vieja tesis luterana de la "imputada", sin una transformación íntima y profunda de la persona. Pero Pablo no entiende su postura frente a la ley como una abrogación pura y simple de la misma. En la carta a los romanos aparece una frase que debe tenerse muy en cuenta: "¿Por la pues, anulamos la ley?. De ningún modo, sino que confirmamos la (3, 31). 13 Ob. cit. 317. 1• G. BoRNKAMM. Cambios en la comprensión vétero neotcswmen/aria la ley, en dios sobre el Nuevo Testamento, Salamanca 1983, nota en págs. 354-355. G. Ercrn-roLz. ob. cit., 175. R. FABRIS. Punros clave en la teo/ogia de Pablo, en Problemas perspectivas de las ciencias bíblicas, Salamanca 1983, 358. 22
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