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Ya es llegado el tiempo de los cantares. CANT., 11, 12. A LA VIRGEN DE MAYO e OMO ahora en mayo desprende la pradera su nueva flor, así, Virgen María, Madre Amada, te doy mi aspiración. Es un ave nacida en tus pensiles con el primer albor, y, tras cruzar con vuelo primerizo los bosques de dolor, hoy pone rumbo para siempre al cielo, do está tu amor. Me asustan las pendencias de los hombres, los hijos del error, se ignoran, sí, y en vez de adivinarse con ojos de ilusión, se dicen las verdades con mentiras de saña y de rencor. Y así se están matando los hermanos ante mi corazón. Y aquel Francisco suave que en mí tengo se muere de dolor... Por eso, Virgen mía, Flor de Mayo, en pos de Ti me voy. Me duele la dureza con que ataca la más blanda pasión; y aquel morirse, negra, en cuerpos y almas -71 -