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Virgen, a tus plantas. ¿Por qué 11oras, Virgen Madre desolada? que es triste, muy triste partir de mañana y, al volver, sin tino, en la tarde cálida, hallar a una madre arrasada en lágrimas. Mas, ¡ay!, Dolorosa, - que así tú te llamas– ya sé por qué lloras, ya sé por qué callas y no me respondes, sofocada en lágrimas. Tu faz me lo dice hacia mí entornada, tu faz de azucena que el dolor ajara. Lo dicen tus ojos, luceros del alba, que al llorar relumbran de dolor y gracia. Lo dice tu pecho que, temblando, se alza, como un mar de amores que el dolor turbara. Lo dicen, ¡oh Madre! con sangre que habla, tus siete dolores: esas siete espadas que están en tu hermoso corazón clavadas. ¡Perdón, Virgen Pura! ¡Perdón, Madre santa! - 59 - 1