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Dió a luz a su Hijo. S. MAT., 1, 25, DIVINA MATERNIDAD LA Virgen se vió aliviada de Dios en todo su cuerpo. Y el vientre en la noche buena, se le está esponjando en cielo. Con estrellas y ternuras tiemblan sus vahos maternos. ¡Ay, hijo de mis entrañas! ¡Ay, Dios de mi dulce miedo! ¡Ay, pequeñín de mis risas! ¡Ay, príncipe de mis sueños! Afuera, sobre la tierra, luchan los hombres y el tiempo; se adormilan las escarchas; y es invisible lo eterno. Los fuertes odian y traman; los pastores traen corderos; los pobres lloran miserias; los ricos devoran tedios; hombres y mujeres ríen y lloran amor terreno. Los ángeles baten cajas de paz y gloria en los cielos. Todo es borroso y lejano. - 30 - •