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hasta del mirar del cielo– y ví una azucena-rosa, toda pureza y anhelo, y ante esta flor de la selva, «Es la purísima», pienso.. Mas la misteriosa flor se plegó sobre sí misma, pensando: «Soy flor de selva¡ es otra, sí, la purísima». Al amanecer me fuí buscando entre las estrellas la purísima entre todas, pues todas son de pureza. Al fin me detuvo absorto esa matutina estrella que es sólo. una gran pupila de aguas, de luces y perlas. ¡Dios la dió para el amor! · «La Purísima está cerca¡ -me dijo- mas yo no soy, aunque soy recuerdo de ella». Entonces entré en mi alma y hallé, asombrado, mil fuentes, mil flores y mil estrellas vivas, alegres, rientes, que en gotas, aromas, luces cantaban intensamente: «¡Ave María Purísima, Fuente, Flor y Estrella eres!» ¡Ya sé dónde está la Fuente, la Flor y la Estrella mía: _:_ 13 -