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32 FR. JULIO DE AMAYA, O. F. M., CAP. aspecto en que se le considere, pero todo amor se caracteriza por un deseo que es su i 1 1strumento de expresión, y por ciertas cualida– des ---unidad. clina;<-;;110, transformación ...·--- que son su conse– cuencia. 7) Este amor 1 ;o,e una finalidad ética intrínseca, además de la extrínseca. Es en s; mismo una tensión operativa en orden a la perfección y clispositiYa para ella. Desde el punto de vista ilustra– tivo-ascético es una prneba de la finalidad última de Dios que par– te de la psicología ckl contingente. 8) Como princ;pio moral, el amor, además de darnos la defi– nición ética de la persona y revelar nuestro ser íntimo: a) especifica de algún modo los actos humanos. b) califica la vida moral e interyiene clecisiYamente en la for– mación de hábitoc r: , vicio o virtud de los cuales es raíz y fnrm;,. c) conduce a la perfección haciendo que la tensión ontológica del ser sea igualada por la psicológica, con la ayuda de la ca,·i 1ad, que coordina los cfrn~rsos amores según el orden objetivo de va– lores. el) explica la tendencia del ser a Dios y nos une con El lo más perfecta y completamente que esto puede ser dentro de la dificul– tad psicológica natural de amar a Dios. 9) Todo tsto nos conduce a la conclusión de que es de todo punto necesaria una educación del amor, teniendo en cuenta que sólo mediante el amor se puede sah-ar a los hombres.

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