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DEL AMOR Y SUS ASPECTOS ÉTICOS 31 tiva --que es la elección de amor- para que la voluntad divina su– plante a la humana en la elección de los objetos secundarios de nuestro amor. Esta abnegación amorosa es la que directamente se opone al amor propio, raíz <le nuestras disputas amorosas con Dios y el pró– jimo y de todo el mal moral del hombre. También lo dijo claro San Buenaventura. El mal ético proviene de que el amor "de facili reflectitur in se, et difficulter tendit in proximum et difficilius elevatur in Deum" (78). Y ésta es la causa de infinidad de prejui– cios amorosos que hace falta ordenar para la recta formación del "ordo amoris" personal, que es el fundamento de orden dinámico de nuestra vida moral. CONCLUSIÓN Como resumen quisiera recalcar nuevamente la decisiva impor– tancia del amor en la Yicla moral y sus complicaciones psicológiGts. Me limito a resumir en unos cuantos puntos fundamentales la doc– trina de este ensayo. I) En este trabajo no se habla del amor en una forma deter– minada, sino c¡ue se entiende incletera1in:tchmente por amor toda tendencia apetitiya hacia el bien. Igualmente se entiende por ética toda vida moral -jurídica o natural--- del hombre en el acitnl es– tado, sin excluir la sobrenatural, pero cargando el acento sobre la natural. 2) Se insiste en la importancia que tiene el amor en la forma– ción de la rectitud moral o de su desorden. 3) El fundamento clel influjo del amor en las estimaciones y juicios de moralidad no parte solamente ele su naturaleza psicoló– gica. Es consecuencia de la estructura ontológica en que se basa la realichcl: el ser-amor. 4) Dentro ele esta estructura ontológica hay una escala de va– lores cuyo fundamulto último se encuentra en Dios. En ella ocupa lugar preeminente el amor humano, que es en sí mismo un yalor y a la vez criterio para juzgar de los clemús valores objetivos ex– trínsecos. 5) Este amor humano se desflora en multiplicidad de for– mas, pero la raíz rle toda actividad afrcLÍYa es el "ordo amor is", en su mayor parte innato. De ahí la necesidad ele conocerlo para que sea eficaz la educación. 6) Desconocemos exactamente el proceso genético del amor en lo que tiene de más profundo. Su contenido es diverso según el (78) Bree., p. Y, e 8, I!. 4 (Y, 262; ,,dic., B. A. C., I, 4lü--íl8'.

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