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DEL AMOR Y SUS ASPECTOS ÉTICOS 27 Correspondiendo a su finalidad el amor, ontológicamente con– siderado, es ya por sí mismo una tendencia a la perfección, a la cual debería llegar siguiendo su mismo desenvolvimiento psicoló– gico. Pero el desarrollo que le lleva a la perfección no es el exten– sivo sino el intensivo: la extensión y multiplicidad es un perjuicio para su pedección. Ese desarrollo se logra en cada acto, por otra parte, no por la intención con que lo percibe el sujeto, sino ,porque toda la artividad tiende esencialmente a la perfección y el amor es el metafísico de la actividad (66). Para que el proceso perfectivo llegue a su fin, lo que hay que lograr es que la tendencia ontológica del amor a la perfección sea corroborada por la tendencia psicológica. Pero esto ya no puede lograrlo siempre el amor meramente humano, porque en cada ser sufre modificaciones correspondientes a la propia esencia que le hacen pureza y eficacia. Por eso, para que la tendencia psicológica iguale a la ontológi– ca se necesita la gracia, que logra esa adecuación mediante la cari– dad. Por de ésta debemos ordenar el ardor del amor que Dios dejó en nuestra mano y bajo nuestra potestad (67), hasta conseguir el supremo afán ético que es amar las cosas como Dios las ama, coincidir con El en su valoración. Esto último se consigue cuando admitimos y afirmamos con nuestros actos el orden jerárquico que Dios puso en las cosas y las ~"''"'~"~'"'·' objetivas escuetas que nos piden. Entonces contribuimos al orden universal divino a la vez que conseguimos nuestra perfec– ción; de otro modo estropeamos ese orden intencionalmente y en cuanto de nosotros depende. Queda dicho que para esto necesitamos ya de la caridad, que tiene por fin rectificar y perfeccionar el amor. Al igual que éste en el orden natural, es ella, en el sobrenatural, la madre de todo bien la •forma de toda virtud, según he estudiado en otro tra- bajo El amor se va limpiando por la caridad en progresión (56) Zcmm, XAVIEn: Naturaleza, historia, Días (Madrid, 1944), pág. 473. Son rn1,v interesante,-; !:is aportaciones de ese artlculo, y alll se explica esto que yo resumo Pn una linea. (G7) I Sent., {l. l, a. 1, q. 3, ad 2 (], !J5). Pueden interesar en este y otros aspee• tos: CIL\!HWT, F.: El omor humano, versión espafiola de JAVIER M.• EmrnNTQUE, Erllt. Pax:, San Sebast!án, 1943. BcnosoN, HENRY: Les deux so11rces de la morare PI. de la religÍlin (2.• edlt., Paris, rn23). BaJo c!iversos aspectos .se estrnl!a la fuerza psicológica del amor, notamlo a veces su aspecto ético. BERGsoN debe ser, sobre todo, consultado para establecer una teoría del amor en general, en sus relaciones con la religión. (68) Véase sobre este, interesante tema el precioso articulo tlel P, J. HEERINGKX: De momento caruatis in spirít1wlitate franr:iscana, en "Antonianum", 13 (1938), Ho ss. Es de interés también, para comprender exactamente la doctrlna bonaventnriana de la caridad, el estudio del P. M. OLTRA: Teorta del amor en San BuenaNmtura. en
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