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:DEL AMOR Y SUS ASPECTQS ÉTICOS 23 la mente y del cuerpo son los pies del alma" (50), que nos llevan al bien o al mal, según estén descalzos o calzados de todo lo que es meramente temporal. Por eso es cierto que "del corazón es la difusión. digan lo que quieran los médicos", porque así "como el medio del mundo mayor es el sol, el medio del menor es el cora– zón" ( 5 r). No se puede negar que si esa razón de medio tiene algún valor en sentido físico, lo tiene mucho más en sentido psico– lógico y ético. Vamos ahora a concretar más esa función del amor como mo– tivo ético, primero bajo un punto de vista subjetivo -en cuanto es un movimiento moral nacido en la persona- y luego bajo un as– pecto objetivo, en cuanto impone el denominativo ético a la obra. Luego lo consideraremos como camino de perfección y medio de unión con Dios. I) Ley de amor.-La posición bonaventuriana ante la cues– tión es nítida: 1 '·Todas las leyes divinas se reducen a una sola, a ~aber, a la ley del amor" (52). Por eso mismo Dios ha preparado 1)sicológicamente al hombre según esta ley. Así "en la vida psíqui– ca el elemento psíquico más profundo y preponderante es el afec– tivo" (53); allí -vamos donde nos llevan nuestros pies espiritua– les (54), en los que reside radicalmente el principio de rectitud, donde nos inclina el peso de gravitación. Y es el amor el que nos entorna moralmente a un lado fijo. Indudablemente, esto no da derecho a Ortega p:1ra decir que "mientras la moral no consiga modificar la naturaleza del amor, éste es el responsable y no el hombre a quien sobrecoge" (55). Esto es un craso error que lleva consigo la negación de la libertad mo– ral. Pero se puede insistir sobre la fijeza que suele dar el amor a la vida moral en un sentido determinado. Por lo mismo podemos afirmar con San Agustín que la única preocupación de la vida moral es la elección de amor, porque el amor conduce a todo lo recto y a todo lo torcido. Ley de Dios: ley de amor santo; ley del diablo : ley de amor malo. De ahí que el acto moral, en cuanto tiene principio en el amor, -parece que se clasifica por su esencia a la vez que por su objrto. aunque en diverso sentido. El amor no es bueno o malo porque (50) Serm. de tem¡wre, serm. XI (IX, :rn). La imagen está tomada de San Ag-11. tln, que la repite con frecuencia y q1rn, desde lue!!'o, es de un ¡tran valor psicológ-lc1. (51) In Ili':r., col. 1, n. 19 (V, 332; C(!iC., B. A. c., III, 189-91). (52\ Sermn. de s. Agnete, serm. II, p. I (IX, 506; edie., B. A. C., IV, 3115). {53) TORRÓ, ANTONIO: Fr. Juan de los Angeles (Barcelona, 1924), I, 213. (54) Comm. in Evang. Luc., c. X, n. 20 (VII, 258). crr. Comm. in loann., c. XII!, n. l l (VI, 426), (55) ÜRTJ::GA Y GASSJ::T, J.: Obras (Edlc. "Rev. de Occtd.", Madrid-Blll'celona, 193ll). pág. 233.

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