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[37] C0NFUCT0 ThTRE EL CARDENAL Y EL NUNCIO al contrario, se le apostrofó desde las galerías con los gritos de j fuera! i muera! El valiente canónigo respondió encarándose con los alborotado– res, y gritando que oyeran y supieran todos que se consideraba tan sin libertad en el Congreso como cuando estuvo preso entre las bayonetas de Napoleón sG. En la votación, tenida en la forma ordinaria, fué rechaza– da la proposición de Terrero por 80 votos contra 67. El día 10 respondió el nuncio desde Puerto de Santa María al co mandante de la fragata ((Sabina)), declinando amablemente el ofrecimien– to del navío, ((considerando que las crÍticas circunstancias de la nación pueden ofrecer urgente necesidad de ella en su servicio 87 • Desde el mis– mo lugar contesta al oficio del ministro de Estado del día 7, y le comunica que, inmediatamente que se le entregó dicho oficio con el pasaporte por mano del juez de primera instancia, se había venido a Puerto• de Santa lvfaría para estar más pronto a embarcarse y cumplir de esta suerte, con la posible brevedad, las órdenes de la Regencia, a la que agradece el ofre– cimiento de la fragata, que no puede aceptar, ((deseando no ser de ningún modo gravoso a la naciónn 88 • Labrador respondió inmediatamente, in– sistiendo en que aceptara este servicio 89 • El nuncio ya no contestó. El día 14 embarcó en la bahía de Cádiz en la polacra española ((Nuestra Señora del Carmen>> con dirección a Ta– vira (Portugal), donde llegó en la tarde del 20. El día 24 firmaba una circular a todos los obispos, cabildos «sede vacante)) y prelados, indicán– doles su destierro y residencia, y participándoles que seguía libre en el ejercicio de las facultades espirituales de su cargo de nuncio, por lo que continuarÍa despachando en su residencia de T avira todos los asuntos aún los que remitÍan a la Silla Apostólica y nunciatura, en la misma form:l que lo había hecho en España. Promete publicar a la mayor brevedad un manifiesto verídico, dirigido a los prelados y clero, vindicando su con– ducta y deshaciendo las equivocaciones que se han pretendido propalar sobre este punto. Mandó también un ejemplar de esta circular al cardenal primado, pero suprimió este anuncio del manifiesto, añadiendo expresamente para él un largo párrafo en el que le suplica que en su ministerio de visitador BG Di,1rio de Sesiones, p. 5667; J. L. V1u.ANUEVA, Mi viaje ... , p. 512; El Promrador general de la Nación y del Rey, II julio 1813, p. 3257 ss. 87 li1anifiesto de Mons. Nuncio, doc. 20 y 21, p. XLII-XLIII. 88 Ibid., doc. 22, p. XLIII-XLIV. 89 Ibid., doc. 23, p. XLIV-XLV.