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EL EPISCOP.\llú ESPAXOI, Y LAS cmn r,s DI~ cArnz 75 CoxcLusróK El q de septiembre de 1813 se disolvieron las Cortes genera– les y extraordinarias ele Cácliz para dar paso a las ordinarias que se habían de instalar en Madrid. En la última sesión, el presi– dente del Congreso, don José l\Iiguel Gordoa, presbítero y di¡m– tado por Zacatecas, resmnió y elogió la labor de las Cortes en aquellos tres aíios de legislatura. Dirigiéndose a los diputados que iban a volver al seno de sus pueblos, les recomendaba oratoria– mente: «Id, pues, a instruirles de los beneficios que les prepara ia Constitución; decidles cómo queda pura, íntegra, ilesa, la reli– gión de sus padres ... » 13 4. Contra la afirmaci<m de este presbítero de la facción liberal está la voz más autorizada del episcopado español, que denunció a la nación la invasiún del espíritu irreligioso, patentizado en los disc 1 irsos ele los diputados y sobre todo en la prensa enciclope– dista y jacobina tolerada, ;:;i no favorecida, por las mismas Cortes. Contra este mal, contra este ataque continuado a la religión, «ul– trajada en sus ministros, combatida en su disciplina y gobierno, atropellada en su inmunidad y atacada en su doctrina», levantó su voz el episcopado nacional, y no en defensa ele su credo polí– tico o de sus intereses materiales ele clase privilegiada. La absoluta incomunicación de una gran parte de los obispos, aislados en las zonas ocupadas por el ejército frarn.-.c:s, no permitió una acción conjunta y colectiva del episcopado en defensa de la religión ata– cada; pero se le puede considerar moralmente representado en los dos grupos de obispos reunidos en Cúcliz y l\Iallorca y en los obis– pos de las diócesis del Norte. La acción de esta parte notable del episcopado en defensa de la religión se redujo principalmente a solicitar insistentemente ele las Cortes el restablecimiento del tri– bunal de la Suprema Inquisición y a combatir el espíritu irreli– gioso con pastorales e impugnaciones. El decreto de la libertad de imprenta hacía prácticamente imposible toda acción judicial contra la prensa impía 135 . 1.s. Ibid., p. 6226. 1 "" Escribían en su Instrucciún pastoral los seis obispos refugiados en Palma de :Mallorca: «A la libertad de imprenta se siguió y sigue el escandaloso abmri

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