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7..J. I,A cm:snóx IU'.LIGlOSA ](X L.\S CORTl(S DI( cADIZ Con gusto las Cortes hubieran procedido a entregar las sedes -..-acantes ele b península a nn clero afecto a su liberalismo y janse– nismo antiFontificio. Cuando con este velado intento una Comi– sión nor,1brada para el estudio de la confirmación de los obispos durante la incomunicación con la Santa Sede presentó en junio de r 8 r3 s1, dictamen, cst:iban ya vacantes I 6 sedes españolas por muerte ele sus titulares 1 :n ; añadiendo a este número las de Cala– horra y Menorca, qne yacaron dentro del mismo año, y las de los seis obispos refugiados en Portugal, más una o dos de los supuestos afrancesados, tenemos que hubieran quedado a merced de las Cor– tes casi la mitad de las ~edes ele la metrúpoli. El dictamen no pros– peró. La Comisión se había cli\·idiclo en clos opiniones. La mayoría opinaba que la confirrnación se hiciera por los metropolitanos con el consentimiento de los sufragáneos; la minoría -en la que figu– raba el obispo-prior de San :,Tarcos de León- proponía que se encomendara la soluci{m ele e:;te asunto al cardenal Dorb(m con el episcopado 132 • Fl T 2 ele septiembre. dos días antes de que se disolvieran las Corles generales y extraordinarias, el ohispo de Thiza, don Blas Jacobo lkltrfrn, llegado al Congreso el 30 de mayo anterior, pedía que se decretara la convocación de un concilio na– cional que realizara la concordia entre las dos potestades y solu– cionara competentemente las cuestiones canúnicas suscitadas du– rante la incomunicación.con la Santa Sede 1 ~ 3 . Era una proposición de una ingenuidad sorprendente. Toda la nación sabía ya que era imposible la colahoración cordial y eficaz entre el episcopado y el régimen liberal que se prolongó aún hasta d r 2 de mayo de 1814. El P. Strauch, eclitur del semanario, exulta por la publicaciún de este edit:to, «rayo exterminador sobre las huestes enemigas de nuestra santa y adorable Religiún». 131 Eran las siguientes: Osma, Segovia, Granada, Ciudad Rodrigo, Coria, Lugo, Zamora, Cádiz, Ceuta, Málaga, Gerona, Solsona, Valencia, Segorbe, Hucsca y León. '" D S V, pp. 3594; VII, p. 4828; VIII, pp. 552(), 5540. Los dictámenes se imprimieron para su estudio por los diputados. Impugnó las ideas anticanónicas Y Jansenistas del proyecto el canónigo diputado por Asturias don Pedro Inguan– zo, luego obispo de Zamora y arzobispo y cardenal de Toledo en 1824, en su Disrn1·so sobre la confirmación de los obispos, en el qua/ se examina la materia Por los principios canónicos que rigen en ella en todos tiempos y circunstancias, 3' se co11trae a las actuales de la península. Cádiz: imprenta de D. Vicente, Lema, 1813. 10 ' DS VIII, pp. 62ro-621r.
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