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EL EPISCOPADO ESPAXOL Y LAS COR'flcS Dl( C\DIZ 73 el de Barcelona; los de Lérida, Pamplona y Teruel, destinados a Cartagena, piden desde Alicante se les exima de desembarcar en la ciudad señalada, por el riesgo de la epidemia reinante. Al de Tortosa, gravemente enfermo, se le permitió permanecer en 1\fa– llorca 12 ¡. Así quedó amordazada la yoz de la Iglesia con el destierro o dispersión <le los más celosos prelados. En las iglesias donde se leía el manifiesto de la abolición de la Inquisición sonaban a burla estas palabras al final de un párrafo exaltando la restitución <le los derechos a los obispos: «Los muy reverendos arzobispos, los reverendos obispos y venerables cabildos, párrocos y demás ecle– siásticos enseñarán a los fieles la religión católica apostólica ro– mana sin el desconsuelo de Yer desfigurada su hermosura por la ignorancia o la superstición». La creación de los Tribunales Protectores ele la religión iué puramente teórica. Ningún obispo hizo uso de ellos ni se atrevió a organizarles ni parece que se hicieran cargo ele las causas pen– dientes de la Inquisición. Por su adhesión a las Cortes, y teniendo a la Yista sus decretos, el cardenal Borb{m, presidente de la Re– gencia, dió el 31 de marzo un edicto en el que declaraba en vigor el índice expurgatorio de 1790, y en cuanto al Diccionario critico– burlesco prohibía su lectura, venta y retención, urgiendo bajo ex– comunión mayor «latae sententiae» la entrega <le todos los ejem– plares del Diccionario dentro ele tres días 128 • Edictos parecidos emanaron el obispo de 1\Ienorca clon Pedro .\ntonio Juano y ya– rios cabildos y gobernadores eclesiásticos 129 . El obispo de Ma– llorca, antiguo diputado en las Cortes de Cádiz, publicó un scyero edicto contra la literatura irreligiosa el .25 ele marzo de 18q.; expresamente invoca en él la ley ele libertad de imprenta y el de– creto del establecimiento de los tribunales protectores de la reli– gión i3o_ 127 J. L. VrLLANUEVA, Mi z,iaje a las Cortes, p. 512; 1L S. 0LIVER, 11fal/,,rca d11rn11tc la primera revolució11 ( 1808-1814) (Palma 1901), p. 625. '"" «El Procurador General de la Nación y del Rey» de 30.IV.1813, pági– nas 1733-1736. Añade el periódico que los fieles de Sevilla cumplieron puntual– mente el edicto y que los ejemplares del Diccionario crítico-burlesco fueron qu~– mados públicamente. 120 Véase el «Semanario cristiano-político» de 17.VI.1813, pp. 269-271; 8.VII, pp. 313-319; 22.VII., pp. 343-344. 130 «Semanario cristiano-político de Mallorca» de 31.III.1814, pp. 76-80.

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