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68 LA C'UI(STIÓN RELIGIOSA fX L.\S CORTES Dlt Ci\DIZ Los demás obispos del Norte fueron solidarios con el arzobispo en la resistencia inicial. El cabildo eclesiástico de Orense acordó -a últimos de junio que no podía cumplir las órdenes recibidas porque competían al obispo 108 . El obispo, refugiado en el pueblo de San Pedro de Tourem (Portugal), enterado de la presión que hacía el gobierno, envió el 2 de julio una circular al deán, cabildo y párrocos de la diócesis encargándoles «que por ningún requiri– miento u otro oficio de juez político o militar lean en la iglesia y publiquen dicha exposición (el manifiesto), ni permitan su lec– tura y principalmente durante y dentro del santo sacrificio de la misa». Le mueve a dictar esta providencia «la obligación de de– fender la autoridad y jurisdicción eclesiástica» 100 . El 14 de julio el comandante militar de Orense, Hubert, in– timó al cabildo la orden de la Regencia del 2 I de mayo; daba el plazo de unas horas para la respuesta. El cabildo contestó que se hallaba sin facultades y autoridad para dio; aquel mismo día todos los canónigos fueron arrestados en sus casas con centinelas a la vista. El provisor Taboada cedió a la violencia y dió el de– creto mandando la lectura, al que contestó el obispo el día 23 con un edicto declarando nulo tal decreto. Con otro edicto del día 30 protestaba el obispo y desautorizaba el hecho de haberse ya pu– blicado el decreto y manifiesto de las Cortes en una de las parro– quias de la ciudad. Ambos edictos episcopales fueron arrancados <le las puertas de las iglesias por la autoridad militar; entonces el obispo fulminó el 7 de agosto el entredicho en dos parroquias ·donde se había efectuado la lectura 110 • El Jefe político siguiendo órdenes de la Regencia conminó el 12 de agosto a todas las auto– ridades eclesiásticas de Orense se abstuvieran de toda comuni– ccación con el obispo ; mientras que la Regencia gestionaba con ~1 gobierno portugués para hacer callar al obispo. El 23 de agos– to el ministro de Estado de Portugal pasó una nota en este sen– tido al obispo quien contestó el ro de septiembre exponiendo va– lientemente su derecho y obligación de prohibir tal lectura en la .iglesia y en el tiempo del santo sacrificio; en cambio no se oponía 108 E. LóPEZ AYDILLO, El obispo de Orense en la Regencia del ai'io 18rn, íl• 266. "" Ibid., pp. 28o-282. 11 º Ibid., p. I..J3, nota r; J. L. VrLLANUEVA, Mi Viaje a las Cortes, p. 251.

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