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(¡(_j LA CUESTIÓX H.l'LJCJ()S \ F'" L\S COR'I'liS DE'. Cc\DIZ macia del arzobispo io:i_ El 2 I ele mayo la Regencia intimaba a los obispos gallegos a contestar en el término ele una hora ha– llarse prontos a cumplir los decretos y disposiciones acerca de la abolición de la Inquisición. El jefe militar a quien debía entregar la respuesta el arzobispo tenía la orden expresa de hacerlo con– elucir, en caso ele no contestar o de contestar negativamente, al Ferro! en la hora y modo que le pareciese, conservándole el de– coro a su alta dignidad, y ponerlo en un buque o en otro sitio sin permitirk salir; si no bastaban estas medidas para doblegarle se le ocnparían las temporalidades y se le extrañaría del reino. Precisamf::nte el día :2.::¡_ el apoderado del arzobispo entregaba en la secretaría ele Estallo una representación firmada el r .º de di– cho mes por el arzobispo, obispos de Tuy y l\fondoñedo, Vicario general ele Lugo y proYisor de la diócesis de Orense. En ella pintaban con patetismo la aflicción ele sus diócesis y los males que se seguirían a la pnhlicacir'm del decreto y manifiesto, por lo que suplicaban a la Regencia se dignara suspender el cumplimiento de ellos hasta que por Su Santidad, o durante su cautiverio, en un concilio nacional, se pudiera proyeer del remedio cmweniente a tantos males y conciliar la unidad ele la Iglesia con la obedien– cia debida al gobierno. Cuando el jefe militar comisionado. el general Santocildes, se disponía a ejecutar bs instrucciones contenidas en la orden del 2 r ele mayo, se ballt'i cun la noticia de que el arzohispo había pasado la frontera de Portugal. Santocildes intentó coaccionar al provisor don L,renzo Ortega -¡iara que diera cumplimiento al decreto ele la lectura, pero el provisor contestó no haber recibido d nornbranú:nto de gobcrnad(,r de la diócesis, a quien competía dicha obligaci('m a fali.a del arzobispo. Infructuosas fueron tam– !iién las cliligenciac efectuarla'., por el mismo comisionado ante el deún y cabildo. Ei día 19 ele jnlio recibió Santocilcles un oficio ele! arzobi:;po remitiéndole otro para el cabildo a quien clelt:gaha para que eligiera dos gobernadores ele la archidiócesis. Por la M Todos estos datos están tomados del informe oficial que el r2 de febrero de r8q envió García Herreros, secretario de Gracia y Justicia, a los secretarios de las Cortes ordinarias instaladas en Madrid (ACE, Expedientes. leg. r4, n.o r3: suarc extraiia;nic11ta del reino del ar:::obispo de Santiago; ibid, leg. ro, n. 0 3. carp. 3; DS VIII, p. 5292).

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