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I•:L I(PJSCOPADO ESPAXOL Y LAS COR'l'ES DE C,\DIZ 65 indispensable ponerme antes de acuerdo con Su Eminencia (el cardenal) para obviar por este medio cualquier inconveniente que pudiera tal vez resultar contra el más puntual y exacto cumpli– miento» 100 • El día 19 remitió el cabildo de Córdoba, la docu– mentación por nwdio del Jefe político de aquella provincia, y comunica que se ha dado puntual cumplimiento a la lectura del decreto y manifiesto en todas las parroquias ele la diócesis y riu– dacl «sin la menor contradicción» 101 • Entre la documentación enviada el 22 por d cabildo de Jaén, quien al igual del de Cór– doba no secundó la invitación a la resistencia, Yenía el testimo– nio del octogenario obispo fray Diego 1Ielo de Portugal dando cuenta a la Regencia ele haber influído personalmente para que se cumpliera la lectura que ordenó el I 3 de marzo a su ca– bildo 102 . No fué tan fácil al gobierno vencer la resistencia en las dió– cesis del norte. Los decreto;,: y manifiesto habían llegado a ma– nos del arzobispo de Santiago remitidos por la Regencia, corno a los demás prelados gallegos, el día 2() de marzo. El mismo día contestó a la Regencia que «siendo las materias que en ellos se trataban arduas, grans y tran-cemkntales a la misma religión y disciplina, que conforme a !o,; -;agrados cúnones y pd1ctica cons– tante de la Iglesia debían exigir el conocimiento, instrncciones y noticia del clero, para proceder e11 ellos con toda la madurez y posible acierto esperaba de su t1nión y acuerdo disponer lo más conducente al honor de la religión, de la Santa Tglesia y del Estado». La Regencia respondió el 1 f> de al1ril cunminúndole a que in– mediatamente diera órdenes ter111i11antes para que en el ¡m'¡xirno día festivo y en los dos drnningo:; siguientes se publicasen los decretos y el manifiesto en la~ parroquias ele la ciudad y de la diócesis baju la más estrecha rcsponsahiliclacl..\ñaclía la Regen– cia que haría respetar su propia autoridad por la fuerza, si era preciso, y pedía al arzoliispu conlcstaciilll a \'Uelta ele correo ele haber ya dictado las providencias neeesarias. El arzobi~po no con– testó, pero al gobicrn(l llegaron \'aria~ acusaciones de la contu- H•o Causa, carp. 16. Jci Ibid., carp. 25. rn::: Ibid .. carp. 2;.

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