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-~º I,A CUl'STIÓ:'.'J RFUmOS.\ J(:'.'J L\S CORTI(S DI\ c:\DIZ sirvió en España para escribir contra la religión : de lo que menos se escribió fué de política. El mismo autor en su célebre Preser– vativo contra la irreli'.gión presenta una especie de antología de las proposiciones «impías, sospechosas, revolucionarias, e;,canda– losas, hijas de la abominable filosofía» aparecidas en la prensa gaditana en los 18 primeros meses de libertad ele imprenta 72 • La primera denuncia de prensa impía fué hecha precisamente a las Cortes por el diputado ele Lugo García Quintana el 28 de enero de 181 r contra el número segundo de La Triple Alianza, en el que al parecer se atacaba el dogma ele la inmortalidad del alma. Los debates fueron violentos; los absolutistas desconfia– ban de que en virtud del decreto ele libertad ele imprenta los or– dinarios pudieran proceder eficazmente contra el artículo denun– ciado, y clamaron que iuera pasado al tribunal de la Inquisicion de Sevilla organizado en Ceuta. Consiguieron su propuesta en la votación, pero el tribunal nada pudo resolver porque para dar la censura teológica necesitaba la intervención del Consejo de la Suprema Inquisición que no se hahía restablecido desde su su– presión en J\Iadrid por un decreto de Napoleón 7 ~. La prensa gaditana se envalentonó; la cadena de los ro a I 2 periódicos liberales de la ciudad tenían el mismo lema: «contra la superstición y el fanatismo», y bajo él se amparaban para bur– larse de las prácticas ele religión y del clero, denigrar la Inqui– sición e iiwadir el campo can(mico prop011iendo especiosas refor– mas en la «disciplina externa». En su cuarta carta crítica dci 16 de agosto de 181 r el Filósofo Rancio (P. Alvaraclo) escribía: «La impiedad decidida, el ateísmo y el jacobinismo están más que de bulto; y nos hallamos ya en la necesidad de tomar la ar– madura ele la religihn y de la razón para combatir a estos enemi– gos domésticos, infinitamente peores que!' las tropas de Napoleón». Basta leer lo que contra la Inquisición publicaron peri<'iclicos y fo– lletos y los ataques dirigidos contra el clero por el «Semanario '" LD., I'rcscrrnli,•o contra la irreligión, o los planes de la filosofía contra la religión ,, el J:stmfo (Palma, Imprenta de Brusi, 1812), p. II r. 73 • DS T, pp. 449--+í 4: Dirigía dicho periódico el americano 1fanuel Alzaibar, g1 an amigo del diputado :-Iej ía, de quien se sospechó ser el autor del artículo denunciado (Cf. RAFAEL DE VtLEZ, Apología del Altar, p. 129). El segundo nú– mero de este periódico fué prohibido por edicto de la Inquisición de Valladolid el 2 de marzo de 1817 «in tolHm para los que no tienen licencia, por contener proposiciones temerarias, erróneas, escandalosas, sapientes haeresim y heréticas».

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