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l'.L I~PISCOPADO ESPAÑOL Y LAS COR'l'FS DE CJ\DIZ 35 Villanueva, diputado por el reino de Valencia, en un parecer es– crito hizo al obispo nada menos que siete graves cargos y pro– puso que se le recluyera en un monasterio mientras un concilio nacional se ocuparía de la causa. En las discusiones alborotadas de las sesiones secretas algunos diputados pidieron la confinación del obispo en las Malvinas o Ceuta, o que se le aplicase la pena capital. Después de algunos meses de detención en Cádiz, el obis– po vilipendiado y por otra parte acuciado por la obligación de la residencia pastoral, se sujetó al juramento liso y llano, que prestó por fin ante las Cortes el día 3 de febrero de 181 r, par– tiendo poco después para su diócesis 33 . El segundo decreto de las Cortes (25 de septiembre) imponía a las autoridades civiles, militares y eclesiásticas - en éstas se enumeraban expresamente los arzobispos, obispos y cabildos - la obligación de prestar el reconocimiento y juramento de obe– diencia a las Cortes. El cardenal Borbón solicitó y obtuvo como gracia especialísima y «sin ejemplar» prestar el juramento ante las mismas Cortes el 9 de octubre. En manos del cardenal lo prestaron al mes siguiente los obispos de Cuenca y ele Segovia y los otros obispos que se hallaban refugiados en Cácliz o en la Isla. Los demás obispos y autoridades eclesiásticas ele la zona nacional lo fueron prestando sin prisas y entusiasmo 34 • No fué el miedo a las Cortes tan violentas e irascibles el último motivo del silencio y actitud pasiva en prelados que por sus ideas esta– ban muy lejos de aceptar el dogma ele la soberanía nacional. 03 Casi toda la documentación de este incidente fué publicada por el mismo obispo <"11 su Manifiesto del obispo de Orense a la naciún espa11ola, firmado el 2r ele abril de r8r3 en S. Pedro ele Tourey (Portugal). La causa original se" encuentra en .ACE, Expedientes, leg. e), n.° r. Gran parte ele los documentos han siclo iamhién publicados en los apéndices del libro de E. LórEz A YDII LO, El ohisj,o de Orense en la Regencia del aíio 1810 (Plcwieamiento de los pro– blemas fu11damc11talcs de la ,,ida co11stit11cio11al de Espaíia) (Maclricl r9r8). En cuanto a las fuentes oficiales irnprrsas véanse las Actas de las sesinne:; secretas, p. l ss., y su complemento en el diario tan cletallado de J. L. Vn.LANllEVA. Mi ·viaje a las Cortes (:'.lfadrid 1860), p. r9 ss. Una buena síntesis ofrece A. Rrsco, Las Cortes de Cádi.~ y el obisj>o de Orense (Episodio curioso de las Cortes Co11stitwye11tcs), en «Razón y Fe» 74 (1926) 438-447, 524-537; 75 (1926) 52-64. "'. Sobre el juramento ele! cardenal Borbón, véanse DS I, pp. 27, 33, y «El Con_c1s0» ele 10.X.r8rn, p. lHJ; 12.X., p. 123; r6.X., pp. 13r-r32. El Diario de Ses1011es da la escueta noticia de haber prestado el juramento en octuh,·e eI cle~ano de la Suprema Inc¡uisición don Rai'munclo Ettenhard (DS I, p. 56), el obispo y clero ele Ccuta y el arzobispo ele Laoclicea (ibid., p. 97).

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