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EL EPISCOP.\DO ESPAÑOL Y LAS COR'l'l(S DE c:\DIZ 23 <lamente, ni permitió que fuera diputación alguna de su clero a Madrid para jurar fidelidad a José Bonaparte, ni cantó jamás el Te Deuni por las victorias del ejército francés como se lo exi– gían las autoridades de ocupación. Su actitud rebelde llegó a hacerse insostenible y entonces huyó a Lérida «para no prosti– tuirse obedeciendo las órdenes del más abominable de los tira– nos» - escribía a la Central el 19 de marzo de I 809. Desoyó también las invitacione8 que el duque de Mahón, virrey de Na– varra, le dirigió para que volviera a Pamplona; ante su nega– tiva el afrancesado ministro ele Hacienda, conde de Cabarrús, ordenó la ocupación de sus temporalidades. La Junta Central aprobó en todo la conducta del obispo, y envió a la prensa las comunicaciones recibidas como «modelo en lo moral y en lo político». El obispo de Orense don Pedro Quevedo y Quintano, co– nocido ya en toda la nación como un héroe por su respuesta al ministro afrancesado Piñuela, abandonó la capital en febrero de I 809 ante el avance de los franceses para confortar y conservar en la fidelidad a la patria los pueblos no ocupados de la diócesis. No aceptó una amable invitación que le dirigió el mariscal Soult el 3 de marzo para que se reintegrara a Orense donde sería tratado con toda consideración; al contrario, en su respuesta expone valientemente que el amor a la patria se lo impide. Se– guía paso a paso a las tropas reconquistadoras, administrando en los pueblos el sacramento de la confirmación, e informó fa– vorablemente sobre la conducta política del arzobispo de San– tiago el 7 de julio de 1809. Como premio a sus virtudes y ser– vicios la Junta le ofreció la plaza de Inquisidor general, que no aceptó, y el 29 de enero de 1810 fué unánimemente elegido para la presidencia de la Regencia 10 . Conocido es también el heroico comportamiento del obispo de Gerona don Juan Ramírez de Arellano, que por su «celo, patriotismo y lealtad» fué condecorado por la Central el 12 de noviembre µe 1809 con la Gran Cruz de la Real Orden de Car– los III 11 • El cardenal arzobispo de Toledo don Luis de Barbón, 1 • Los expedientes de los obispos citados se hallan en AHN, Estado, Junta Central, leg. 27, B, docs. ro4-218. 11 «Gaceta del Gobierno» de 18.XI.1Eo9, p. 447.