BCCCAP00000000000000000000342

2. - E! PROTOTIPO Todo cristiano debe conocer la finalidad de su vida terrena y los medios para alcanzarla sin desviaciones y con seguridad: «El proto– tipo, el ejemplar sobre el que se debe reflejar y modelar nuestra vida es Jesucristo» (2-3-1916, 111,243). Y no hay otra posibilidad: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí» ( Jn. 14, 6). Para llegar a la meta, supuesta la gracia divina, se precisa el esfuerzo continuo por conocer cada vez mejor los rasgos caracterís– ticos del divino modelo y profundizar sus misterios con el estudio y la reflexión. « Propones y propones siempre corresponder con generosidad, haciéndote digna de El, es decir, semejante a Él en sus perfecciones adorables expresadas en la Escritura y en el Evangelio y conocidas por ti. Esto no obstante, para que exista la imitación es necesaria la reflexión diaria sobre su vida. De la reflexión y de la meditación nace la apreciación de sus actos, y de la apreciación, el deseo y el consuelo de la imitación» (15-2--1918, m, 712). «Procura estudiar asiduamente a Jesucristo, y su doctrina; copia en ti sus preclarísimos ejemplos, de los que. Él se presenta como modelo en la divina Escritura. y no temas el rugido de las tempestades que Dios permite comQ contrasignos de su predilección por tu alma» (17-1-1921, III, 787). Y porque Jesús es el modelo, en el que el alma debe inspirarse y como el hilo conductor para guiarla en todas las circunstancias de la vida, el P. Pío traza el programa de la jornada: «Cuál debe ser la labor de quien vive el espíritu de Jesucristo será el objeto de esta mi pobre carta. Me propongo presentaros un ejemplar, un modelo, a fin de que mirándolo, podáis asemejaros totalmente a Él, copiando hasta los más leves rasgos» (16-11-1914, 11, 226-238). Y sobre el talante de la doctrina del apóstol san Pablo traza un programa muy adecuado para una revisión de la vida cristiana.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz