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l04 VIDA DE ORACIÓN En estas páginas no nos vamos a ocupar directamente del P. Pío como modelo de las almas orantes, sino como maestro de la vida de oración. Nadie se extrañará de que quien había vivido y vivía tan intensamente la intimidad divina, estimulase por todos los medios a quienes se han confiado a su dirección, a seguir su mismo camino. De hecho en sus cartas se respira una atmósfera de oración. A quien las lea atentamente le será fácil descubrirla como «respiración del alma en gracia», como «vuelo de quien tiende a Dios», como «colo– quio filial con el Padre», como «conversación íntima entre amigos». «El don sagrado de la oración» es objeto de las más variadas refle– xiones y recomendaciones.

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