BCCCAP00000000000000000000342

100 H. - ESPIRITUALIDAD MARIANA sea más infiel a su Dios. y por todas aquéllas para mi queridas. Pon a los pies de esta querida Madrecita un suspiro mío. ¡ Oh si yo pudiese acompañarte en tal visita ¡Qué fortuna y qué insigne favor sería para mí! Pero hágase la voluntad del Señorit (28-7-1914, 11, 141). b. - Pompei Desde sus primeros años el P. Pío tuvo siempre una filial devo– ción «a la bella Virgen del santísimo rosario de Pompei». Peregrinó a este santuario mariano con los escolares de Pietrelcina en l902, y allí también celebró la santa misa en noviembre de 1911. Por lo menos otra vez estuvo allí en los primeros meses de 1917 antes de volver a San Giovanni Rotando a su regreso del servicio militar; esto no obstante, ya antes de esta segunda visita, por las cartas a sus directores tenemos pruebas de esta su devoción mariana. Con ver– dad podía decir que confiaba y esperaba siempre en la protección materna de la Madre Pompeyana. Tenía una confianza inquebranta– ble en la eficacia de la piadosa práctica de las «tres novenas», que explícitamente recomienda más de 25 veces, pero junto a la novena invitaba a la comunión diaria en honor de la Madre y el rezo del san– to rosario completo. Esta práctica mariana la recomendaba lo mis– mo a sus directores espirituales, que a las almas a él confiadas. - «La prueba a la cual Jesús me ha sometido es superior a todas mis fuerzas. Dios y la muy querida Madre de Pompei, cuyas novenas, desde hace más de tres años, se han sucedido unas tras otras, saben cuánto he hecho por ser escu– chado en una prueba tan dura» (24-1-1915, I, 521). «Os pido un favor que comiences lo más pronto posible las tres novenas a la Virgen de Pompei, con el rezo diario, durante este período, del rosario com– pleto» (5-12-1915, I, 693). Las intenciones de estas novenas propuestas a las hijas espiritua– les son muy diversas, pero siempre de orden espiritual y en beneficio de las almas. He aquí algunas: - «Segun mi intención por una gracia que espero de la bondad del Señor, gra– cia que me parece ha de ser de gloría para Jesús» (19-5-1914, II, 94). «Por una gracia de su Hijo, y que ha de ser de mucha ayuda para un alma» (IO-I0-1914, II. 193).

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz