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92 11. - ESPIRITUALIDAD MARIANA - «Mientras tanto tú, juntamente con las hermanas y todas las almas unidas a nosotros en un mismo espíritu delante de Jesús, continuad haciendo dulce vio– lencia al divino Corazón, y al de su Madre y Madre nuestra, a fin de que cuan– to antes ponga fin a tan triste destierro» (27-8-1917, III, 601, cf. p. 642). - «Encomiéndame al Señor y a la Virgen su Madre, porque me encuentro en una extrema necesidad... Pide también a Jesús y a su Madre y Madre nuestra la gracia de que cuanto antes me vea libre de la milicia» (27-1-1918, lll, Pero siempre María es invocada juntamente con Jesús; a las veces acude sólo a su intercesión, y no porque se niegue o no se reconozca su subordinación a Jesús, sino porque así lo exige el con– texto literario o porque simplemente se quiere resaltar alguna de sus prerrogativas. Y entre éstas su maternidad divina. Es un aspecto que responde plenamente a :,u psicología y a su espiritualidad afectiva, a las veces con referencia a las ternuras de la madre terrena. - « La Madre de Jesús y también Madre nuestra continúe alcanzándoos la fuerza necesaria para combatir y vencer en las luchas dispuestas por Dios para ventaja vuestra» (14-7-1915, 11,462). «María santísima te sonría en todos los acontecimientos de tu vida y abundantemente la falta de la madre terrena» (15-7-19 l5, III, 82). - «Os invito ahora a agradecer a la divina piedad y a la Madre celestial un favor tan grande» (31-12-1917), Ill, 262). - «Redoblad vuestras oraciones por mí al buen Dios y a la querida Madre celestial, a fin de que cuanto antes termine para mí la hora de la prueba» (3- 12-1916, III. 540, cf. 597). Finalmente se recuerda la bella imagen del «piloto» y de la «estrella» con que el P. Pío se complacía en representar la asocia– ción de Jesús y María en conducir las almas a través de las ondas del mar tempestuoso del mundo hasta llegar felizmente al deseado puer– to de la salvación (l l, 364,373,509; III, 55).