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4. EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS devoción al Sagrado Corazón orienta y lleva a las almas que la practican a un conocimiento más profundo y vital de Jesús y a una correspondencia más generosa a su amor. Evidentemente el P. Pío en las sumarias y rápidas noticias de sus cartas no se detiene en con– siderar los fundamentos teológicos de esta devoción, pero sí sugiere algunos elementos ascéticos como la respuesta al amor, la gratitud compasiva por los dones recibidos, la reparación obligada por las ofensas inferidas, etc., elementos integrantes de la devoción misma. Recordemos algunos de estos aspectos más característicos y más repetidos en el epistolario. Para estimular a sus hijas espirituales a progresar cada vez más en el bien, les hacía ver la importancia de mantenerse unidas a los sentimientos del Corazón divinísimo de Jesús. « Unid vuestro corazón al Corazón de Jesús y sed simples de corazón como Él lo desea. Esforzaos por copiar la simplicidad de Jesús, manteniendo el co– razón alejado de las tendencias terrenas, de los artificios carnales» (14-7-1914, II, «Las almas más afligidas son las predilectas del divino Corazón, y estáte segura de que Jesús ha escogido tu alma, para que sea la benjamina de su Co– razón adorable. Tú debes esconderte en este Corazón; en este Corazón debes desahogar tus deseos ardientes; en este Corazón, vivir los días que la Providen– cia todavía te conceda; en este Corazón, morir, cuando al Señor le plazca» (30-5-1918, m, 319). podía faltar la llamada a la reparación, que es primordial entre los elementos de esta devoción: «En este estado de aflicción continúa rezando por todos, sobre todo por los pobres pecadores, para reparar tantas ofensas que se hacen a este divino Corazón» (4-6-1918, m, 862). sobre todo recomendaba una confianza filial e ilimitada en