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16 ITINERARIO BIOGRÁFICO DEL PADRE PIO Congregación entonces denominada del «Santo Oficio» dictó nor– mas concretas en relación con el convento de San Giovanni Roton– do y con la actividad del P. Pío, a quien se le limitó el ejercicio de su ministerio, su aparición en público, etc. Y durante más de diez meses el P. Pío se mantuvo en la soledad y en el silencio de la ora– ción sometido confiadamente a la voluntad de los superiores. Prue– ba inequívoca, estupenda de su espiritualidad. Por fin en julio de 1933 se inició la «plena normalización» de la vida del P. Pío en orden al ejercicio de sus funciones sacerdotales. Y eran numerosísimos los fieles que de todas partes acudían a San Giovanni para participar en su Misa, escuchar sus consejos y recibir su bendición. Muchos deseaban reconciliarse con Dios, confesán– dose con el, tantos que se hizo necesario establecer el sistema de «la solicitud anticiparla por escrito», a fin de que pudieran tener la satis– facción de hacerlo. Hay que reconocer que estas concentraciones, no siempre facil– mente controlables, a veces dieron motivo a desórdenes, que, divul– gados por los medios de comunicación sin la debida responsabilidad en la información, crearon en torno a la persona y actividad del P. Pío incomprensiones, equívocos, malentendidos, etc. que tuvie-1 ron desagradables repercusiones y fueron causa de sufrimiento y amargura. Por otra parte, la Sagrada Congregación del Santo Oficio tuvo que intervenir, prohibiendo unos libros referentes al P. Pío, publica– dos sin previa censura y sin aprobación eclesiástica, la prohibición no implicaba ciertamente la más mínima «condena del P. Pío», como alguno hubiera podido sospechar, quizás, pero el hecho con– tribuyó a exacerbar los ánimos y a crear una atmósfera de descon– fianza. Más aún: en San Giovanni llegó a circular la noticia alarmante de que el P. Pío iba a ser trasladado a otra localidad, noticia que irritó enormemente a los vecinos, quienes montaron guardia día y noche, en tomo al convento, dispuestos a impedir por todos los medios el traslado, de quien consideraban un santo. Todo esto originó un gran confusionismo, que, como era natural, repercutía dolorosamente en el ánimo del P. Pío, que, anclado en Dios, lo soportaba, todo con notable ejemplaridad y gran serenidad de espíritu.
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