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INTRODUCCIÓN De ninguna manera se pretende hacer un análisis de la espiritua– lidad del P. Pío, ni siquiera exponer sistemáticamente una síntesis de su doctrina. Nuestros apuntes y reflexiones comprenden un tiempo y unos temas bien delimitados: cronológicamente se refieren a un decenio (1914-1924) y se tratan con cierta amplitud sólo cuatro aspectos, entre los más característicos y actuales del magisterio directivo en la correspondencia del P. Pío con sus hijas espirituales, durante el período indicado. Y ante todo se expone el problema fundamental de la vida cris– tiana haciendo resaltar la acción del Espíritu Santo en la santifica– ción de las almas y la importancia de las tres virtudes teologales. En la segunda sección de una manera concreta se esclarece lo que representa, en la actuación de la vida teologal, la presencia y la actividad de los prototipos de toda santidad: Jesús y María, en la cornisa de la espiritualidad cristocéntrica y mariana. Luego, se estudia el modo práctico del crecimiento de la misma vida teologal, en el itinerario espiritual, en la perspectiva de la ora– ción, es decir, del trato familiar y coloquial con Dios, en todas sus dimensiones y matices. Finalmente, se quiere analizar el aspecto doloroso de esta vida teologal, que en la experiencia y en el magisterio del P. Pío está dominado por la cruz, como signo de reconciliación y de amor y como garantía de gloria. Y porque hemos querido presentar objetivamente el pensamien– to del P. Pío acerca de esta temática esquematizada y no una opi– nión o interpretación, después de impostar el trabajo de modo per– sonal y subjetivo, tratamos de ilustrarlo con un florilegio de frag– mentos, más o menos amplios del epistolario, que a nuestro juicio, no sólo sugieren una normativa ascética directiva, sino que contie– nen además una sólida y actual doctrina teológica.