BCCCAP00000000000000000000341

auténtico de la jerarquía y el de los teólogos y pensa– dores, o que las normas de la Iglesia han perdido hoy su vigor». A los formadores de teología, a los directores de centros educativos y a los directores de publicaciones de informa– ción y formación les exhorta con energía: «A través de estos medios, procurad educar integral– mente, inculcar un profundo respeto y amor a la Iglesia y animar a una sincera adhesión a su magisterio. No seáis portadores de dudas o de 'ideologías', sino de 'certezas' de fe. El verdadero apóstol y evangelizador, declaraba mi predecesor Pablo VI, 'será aquel que, aun a costa de re– nuncias y sacrificios, busca siempre la verdad que debe transmitir a los demás. No vende ni disimula jamás la verdad por el deseo de agradar a los hombres, de causar asombro, ni por originalidad o deseo de aparentar. No rechaza nunca la verdad' (Evangelii nuntiandi 78)». Y el papa Juan Pablo, que ha asombrado al mundo por la libertad y valentía con que se mueve en las posiciones de vanguardia de la pastoral, que predica constantemente la necesidad de métodos nuevos, de experiencias renovadoras y audaces, insiste por activa y por pasiva en la fidelidad a la Iglesia. Y es que la fidelidad eclesial --el sentido hondo y go– zoso de Iglesia- es el sello de Dios y la garantía del buen espíritu en todas las empresas apostólicas y en toda investi– gación seria: «En la renovación de la vida consagrada que los nuevos tiempos están exigiendo hay que salvar la fidelidad al· pen– samiento y a las normas de la Iglesia; más concretamente, en el campo doctrinal y en materia litúrgica, evitando ciertas posturas críticas llenas de amargura, que oscurecen la verdad, desconciertan a los fieles y a las mismas persona<; consagradas. La fidelidad al magisterio no es freno para la recta investigación, sino condición necesaria de auténtico progreso de la verdadera doctrina» 22 • 22 Grandeza de la vocación religiosa. Encuentro con los religiosos y miembros de Institutos seculares en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en Madrid (2/XI/1982). 83