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Con humildad. La humildad consiste en conocer el «sentido de las justas proporciones», en ser conscientes de que llevamos este tesoro en vasos de arcilla frágil y que el don inmenso del sacerdocio no es para engreírse o para do– minar, sino para responsabilizarse y servir: «La humildad: aquí el secreto para abrirse ca- mino en los corazones! Nosotros no somos los dueños ni de la Palabra que anunciamos ni de las personas a las que se la anunciamos. Somos más bien los servidores de la una y de las otras, comprometidos por la gracia de Dios a hacernos 'todo para todos para salvarlos a todos' (1 Cor 9,22). Vivir esta convicción, sacando de ella las consecuencias en todo lo que se refiere al comporta– miento cotidiano, significa hacer espacio en la propia existencia al Espíritu de Cristo y asegurar, además, a la propia acción las meiores posibilidades de incidir en el espíritu de la gente» 1 L. Juan Pablo II vuelve sobre la misma idea en el «Sport Ground», de Kaduna -Nigeria-, dando relieve a la fun– ción de servicio que implica el ser sacerdote: «Recordad también que Jesús dejó muy claro a sus discípulos que nunca debían ponerse por encima de sus hermanos ni tratar de imponer su autoridad. Como San Pablo, nosotros consideramos un privilegio ser llamados siervos de Cristo Jesús» 13 . La actitud del sacerdote ante el don ha de ser de aper– tura, de gratitud y de humildad. Así lo recuerda el Papa a los alumnos del seminario mayor de Rolduc, Holanda: «En consecuencia, debemos ver la vocación sacerdotal antes que nada como don inefable de Dios al que de– bemos estar abiertos con gran humildad y agradeci– miento. Un don totalmente inmerecido que recibimos en favor de la Iglesia, en función sobre todo de la Eucaris– tía, y lo debemos ejercer como servicio auténtico y hu– milde a la Iglesia, a los fieles» 14 • Dar razón de la fe a los hombres. A los seminaristas de Toscana (26/I/1982), p.35. 13 El sacerdme al servicio de Dios y de los hombres. Homilía en el «Sport Ground», de Kaduna (Nigeria), durante la ordenación de 150 sacer– dotes (14/II/1982), p.61. 14 El don del sacerdocio. En Rolduc, Holanda, p.146. 79
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