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«Todo esto es posible solamente si el sacerdote es hombre de oración y de amor a la Eucaristía. En la ora– ción de la liturgia de las horas en unión con la Iglesia, encontrará energía y alegría para el apostolado. En la so– segada oración ante el Santísimo renovará su consagra– ción a Cristo Jesús y confirmará su permanente promesa del celibato sacerdotal. Invocando a María, Madre de Jesús, el sacerdote se sentirá animado en su generoso ser– vicio a todos los hermanos y hermanas de Cristo en el mundo» 2 . Embajador de Cristo. Con una m1s10n específica– mente espiritual, con unas órdenes muy concretas de «arriba» -del Padre de las luces- y siempre, siempre, siempre en su calidad enviado: como sacerdote, como enviado por Cristo. - Ministro del Señor. El sacerdote no es dueño ni del mensaje que predica ni del «modo» de proclamarlo. Es ser– vidor fiel: no puede «re-inventar» ni hacer «re-lecturas» del Evantelio a su antojo. Tiene que someterse, con una adhe– sión gozosa y cordial, a las directrices y a las normas de la Iglesia a cuya causa sirve. No puede ir ni actuar «a su aire», con independencia de lo establecido por la jerarquía. - Dispensador de los misterios. Para ejercer sus fun– ciones sagradas con dignidad, el sacerdote tiene que sumer– girse en el misterio. Tiene que purificar sus labios con car– bones encendidos para transmitir la Palabra con santo respeto, con transparencia, con fidelidad y con calor. Tiene que transfigurarse al celebrar el santo sacrificio de la misa. Tiene que tener entrañas de padre para acoger al pecador que acude al confesonario en busca del perdón y de la re– conciliación. Tiene que bautizar y celebrar los ritos del mis– terio con profunda concentración y con la emoción del pri– mer día de su consagración. Y no debe olvidar una norma de oro: lo que se le pide ai administrador es que sea fiel. En este clima de fidelidad y gracia, nos dirigimos a la úl– tima etapa de la identidad sacerdotal, a la cumbre del sacer– docio, a definirlo, a comprenderlo y a vivirlo como «otro Cristo». ¿Qué significa? _ 2 El ministerio sacerdotal. A los sacerdotes y seminaristas en Enugu, Ni– gena (13/II/1982), p.60. 66
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