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EL RGO A ENDIZAJE «Esta tarea de preparación es la que ahora os ocupa, con la solícita ayuda de vuestros obispos, superiores y formadores. Se trata de un camino que requiere tiempo y una larga maduración, para transformarse en hombres nuevos que sepan responder a las exigencias de una nueva etapa de evangelización». JUAN PABLO II. Mensaje a los seminaristas de España, firmado en Valencia. La semilla selecta se ha enterrado en el seno de la tierra. El proceso de germinación es lento: el grano de trigo tiene que morir para que brote la caña, blanquee la mies y madure la espiga. Contra todas las apariencias, hay un dina– mismo entrañable que centuplica la vida y los frutos. La preparación para el sacerdocio es larga, lenta y labo– riosa. No caben las prisas ni la improvisación cuando se trata, en un propósito ambicioso, de la formación «integral» del hombre y, en nuestro caso, de la formación integral del sacerdote en una sociedad secularizada. Juan Pablo II, experto en humanidad y Buen Pastor, se ha preocupado del tema con solicitud paterna y ha dictado directrices que conviene resaltar y tomar muy en serio en la práctica. El seminario -,<institución benemérita en la vida eclesial»--- es el responsable de la formación de los futuros sacerdotes. La formación para el sacerdocio capacita al hombre para el ejercicio del ministerio en, con y para la Iglesia. Ha de ser, por tanto, una formación competente, puesta al día, en conformidad con los programas más exigentes ... a) En el plano cultural y humanístico, puesto que el sacerdote tiene que prestar un servicio a sus hermanos. Debe ser un experto en humanidad. La Iglesia quiere hoy sacerdotes santos y «cultos» para estar a tono en un mundo que tiende cada vez más a la especialización. Pero incluso la cultura y la ciencia tienen que llevar «la marca» de la casa, es decir, la «impostación», el enfoque, la inspiración, los contenidos, la expresión, el «aire» ... 55
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