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Hay que paladearla, saborearla y rezarla todos los días: «Ayúdanos, San Francisco de Asís, a acercar a Cristo a la Iglesia y al mundo de hoy. Tú, que has llevado en tu corazón las vicisitudes de tus contemporáneos, ayúdanos, con el corazón cercano al corazón del Redentor, a· abrazar las vicisitudes de los hombres de nuestra época; los difíciles problemas sociales, económicos, políticos; los problemas de la cultura y de la civilización contemporánea, todos los sufrimientos de los hombres de hov, sus dudas, sus negaciones, sus desbandadas, sus tensioñes, sus complejos, sus inquietudes... Ayúdanos a traducir todo esto a un lenguaje evangélico sencillo y provechoso. Ayúdanos a resolver todo en clave evangélica, para que Cristo mismo pueda ser 'Camino-Verdad-Vida' para el hombre de nuestro tiempo» 3 1. Y después de haber orado fervientemente sobre la tumba de Francisco, ya podemos ir como él al mundo a pre– dicar el Evangelio a la gente «con palabra sencilla, pero con corazón maravilloso» 34 • 33 Mensaje 34 TOMAS DE 227

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