BCCCAP00000000000000000000341

cido a lo que se llama hoy «denuncia profética» contra la Iglesia. Los movimientos de su tiempo pasaron de la crítica acerba y de la «contestación» a la ruptura herética con la Iglesia jerárquica. La única reacción de Francisco es de «obediencia y reverencia». Mira a la Iglesia con ojos de amor y la sirve del único modo válido y constructivo: ha– ciéndose santo. Enviado por la Iglesia, Francisco «llenó el mundo de Evangelio». Y ésta es precisamente la misión inaplazable de la Igle– sia: renovar la faz de la tierra, dar o avivar el sentido de Dios en los hombres de nuestro tiempo, rescatar al hombre de sus servidumbres y pecados. Para llenar el mundo de Evangelio es preciso ir en una búsqueda constante, estar presente con el mensaje y con el testimonio. «Toda la comunidad eclesial en Italia -los obispos, los sacerdotes, las almas consagradas y los laicos-, en este momento de crisis de valores, de desorientación mo– ral, pero también de ansiosa búsqueda de nuevas síntesis culturales, de tensión hacia una vida más conforme con las profundas aspiraciones del corazón humano, está lla– mada a participar activamente en la remodelación del en– tramado civil de la nación, fundado sobre los valores éticos del humanismo cristiano. Y esta misión histórica suya sólo la podrá realizar si cada vez toma más conciencia de su identidad, si se hace cada vez más obediente a la llamada al testimonio, si se convence cada vez más de la intrínseca e insustituible au– tenticidad y fuerza de los propios valores, si se hace cada vez más generosa en su compromiso de presencia y de participación y más coherente y tenaz en la acción, para que Italia descubra nuevamente y viva, con renovado fer– vor, su riqueza humana y su talante cristiano» 28 • Francisco de Asís crea el estilo nuevo del operario evan– gélico, en cuya base se encuentra el mensaje de la miseri– cordia y del perdón: «Hoy, todavía más que en el pasado, hay que ir a proclamar a los hombres la Buena Noticia del amor mise– ricordioso de Dios, v con ella el deber de responder a este amor anterior y preveniente» 29 . 09 La Iglesia en nuestro tiempo... A los obispos italianos. - Personas consagradas... 223

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz