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Y ¿cuáles son los elementos que caracterizan la figura de Francisco, cuáles los rasgos que definen su «humanidad», su «animus», su «talante»? Juan Pablo II enumera certera– mente unos cuantos: su visión optimista de toda la creación, como epifanía de Dios y patria de Cristo, exaltada por él en el fa– mosísimo Cántico de las criaturas 9 ; su opción «radical y revolucionaria» por la pobreza, que tiene un profundo significado, también hoy, para la en Italia y en el mundo 10 ; - su espíritu «integrador y pacificador», que descarta las tensiones y crea un clima de intensa paz incluso en la convivencia civil 11 ; su testimonio inalterable, y de humana y trascendente esperanza L; - su ,,aire», en que se respira una atmósfera única de «purísima fe cristiana y de altísimos valores humanos de civilización» 13 . - su estilo transparente de «encarnación» entre los hom– bres de su tiempo y su carácter de hombre de frontera con un discernimiento evangélico de los de los tiempos» 14 • Estos son los elementos que configuran la fisonomía hu– mana del «mínimo y dulce» Francisco de Asís: es un tempera– mento sensible, vehemente, comprensivo, fraternal, abierto, artista y apasionado. Es un riquísimo ejemplar de la tipología humana, superdotado por la naturaleza. Por eso, toda conside– ración parcial o excluyente supone una deformación desde la misma base. Pero la tergiversación más peligrosa es silenciar, marginar o desdeñar la dimensión esencial de su fisonomía: su santidad. La fascinación más profunda y perdurable la ejerce Fran– cisco por ser «San» Francisco. Por eso, Juan Pablo II, des– pués de resaltar los valores humanos del Pobrecillo -que le han hecho popular, actual y necesario en nuestro mundo-– apostilla con tino y agudeza: « ... pero sobre todo ... » 9 En el Ateneo «Antonianum», de Roma. 10 La Iglesia en nuestro tiempo... 11 Ibid. 12 En el Ateneo «Antonianum», de Roma. 13 Al pueblo de Asís. 14 A los obispos italianos. 214

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