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154 ¿Quién es el hombre? Este hombre, en concreto, «cada» hombre, con su personalidad irrepetible, en su dimensión histó– rica existencial y con su destino trascendental. va a realizar este hombre? Que es preguntar por su quehacer, por su misión en la vida, por los objetivos esp¼cíficamente hu– manos a que debe dedicarse, por sus ideales, por sus metas. ¿Con qué medios? Nos hallamos en una etapa de «maravillosos in– ventos de la ciencia y de la técnica que constituyen un avance, un reto y un El progreso puede crear condiciones favorables para un mundo mejor, en todos los órdenes de la vida. Pero, al mismo tiempo, puede «alienar» al hombre y deshumani– zarlo, si el progreso material, social, cultural no va acompañado de un progreso de los valores morales. ¿Para qué? Para la formación integral del hombre en todas las dimensiones de su ser y de su quehacer, como ciudadano del mundo --como ser histórico-- y como ciudadano de la eternidad, por su destino trascen– dente. ¿Cómo va a realizarse este hombre? Hay que partir de planteamientos realistas para actuar con solidez, con acierto y con eficacia. Con un gran espíritu crítico y con discernimiento para no dejarse llevar por la «euforia» de los éxitos apara– tosos del progreso. Para no embarcarse imprudente– mente en aventuras o empresas que, bajo sus apa– riencias fascinantes, ocultan serios peligros para los valores «incuestionables» del hombre: la dignidad personal, los valores del espíritu, la inviolabilidad de la conciencia, Dios como valor absoluto, la fidelidad a los designios de Dios, etc. ¿Cuándo? Hoy. En estos tiempos «difíciles» en que hacen crisis los más altos valores humanos y cristianos, en .

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