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sin una eclesiología bien cimentada «no hay garantía de una acción evangelizadora seria y vigorosa». Juan Pablo II medita sobre el tema, en voz alta, en Pue– bla: «Primero, porque evangelizar es la misión esencial, la vocación propia, la identidad más profunda de la Iglesia, a su vez evangelizada (EN 14-15; LG 5). Enviada por el Señor, ella envía, a su vez, a los evangelizadores a predi– car, 'no a sí mismos, sus ideas personales, sino un evan– gelio del que ni ella ni ellos son dueños y propietarios ab– solutos para disponer de él a su gusto' (EN 15). Segundo, porque 'evangelizar no es para nadie un acto individual y aislado, sino profundamente eclesial, un acto de la Iglesia' (EN 60), que está sujeta no al poder discrecional de criterios y perspectivas individualistas, sino de la comunión con la Iglesia y sus pastores. Por eso una visión correcta de la Iglesia es fase indispensable para una justa visión de la evangelización» 12 . En Cristo Jesús, el Hijo de Dios vivo que tiene «pala– bras de vida eterna», encuentra la Iglesia la base auténtica de su misión, al servicio de Cristo y de los hermanos. Y esta misión universal no admite tergiversaciones, ni reduccio– nismos subjetivos en cuyo fondo es fácil descubrir «cono– cidos condicionamientos ideológicos». La Iglesia, sin ser del mundo, tiene que ejercer su misión dentro del mundo como luz y sal, como fermento y como testimonio. Su mensaje va dirigido al hombre integral: de aquí su influjo en la vida es– piritual y en la vida social en este momento tan delicado de la historia humana. Por mandato de Cristo, «la Iglesia prolonga y continúa el adviento de Cristo, la presencia de Cristo entre los hombres. Los continúa y los extiende. Los difunde con todos los medios a su alcance, sin vacilaciones, sin temores, sin dilaciones. Esta es su vocación, su fisonomía, su identidad. Y la identidad de los cristianos está precisamente en prolongar la obra del Salvador entre sus hermanos los hombres. Para continuar en el mundo esta presencia suya, Cristo ha confiado a la Iglesia la misión de colaborar con El: - Mediante la santificación de las almas, transmitiendo 12 Ibid. 145

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