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nuestra vocación. Debemos buscar con gran perspicacia, junto con todos los hombres, la verdad y la justicia, cuya dimensión verdadera y definitiva sólo la podemos encon– trar en el Evangelio, más aún, en Cristo mismo. Nuestra tarea es la de servir a la verdad y a la justicia en las di– mensiones de la 'temporalidad' humana, pero siempre dentro de una perspectiva que sea la de la salvación eterna. Esta tiene en cuenta las conquistas temporales del espíritu humano en el ámbito del conocimiento y de la moral, como ha recordado admirablemente el Concilio Vaticano II, pero no se identifica con ellas y, en realidad, las supera... » 21 Se trata, como se ve, de una «exigencia» de la propia misión. De un mandato expreso de Cristo: hay que ir por todo el mundo y predicar el Evangelio a todas las naciones. El sacerdote con psicología de responsabilidad y celo se siente urgido en todo momento a «buscar» a los hermanos, a acercarse afectiva y efectivamente a ellos, porque ha sido escogido por el Señor «precisamente para esto». Juan Pablo II quiere un nuevo «relanzamiento» de las actividades pastorales y exhorta a los sacerdotes a empren– der iniciativas, a buscar caminos nuevos de acercamiento, a trabajar duro, sin dejarse arredrar ni abatir por las dificul– tades ni los fracasos: 132 «Trabajad, hijos queridísimos, sin dejaros abatir por las dificultades y fracasos. Aprovechad la experiencia para poner a punto nuevas iniciativas, para buscar nuevos caminos por los que caminar hacia los hombres, nuestros hermanos, y llevarles la 'Palabra que salva'. Palabra de la que tienen también hambre quizá sin saberlo. El sacer– dote como pastor debe siempre imitar a Cristo, Pastor que busca. Esta búsqueda llevada a cabo junto con el Buen Pas– tor, de un modo desinteresado y con frecuencia sacrifi– cado, confiere a su sacerdocio aquel auténtico perfil, esencial tanto desde el punto de vista de su personalidad sacerdotal como desde un punto de vista simplemente hu– mano, que se impone a la consideración y a la estima de cuantos lo rodean» 22 . Naturalmente, este perfil esencial del sacerdote está s0- 21 Novo incipiente. 22 En Roma.

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