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LA CIUDAD DE MATURÍN DATA DE 1760 además de que sus aseveraciones en este terreno valen tanto cuanto las fuentes de donde ha tomado las noticias, fuentes que ni se citan ni se encuentran. Es preciso notar también que de tal religioso capuchino, que se pone como fundador, Fray Manuel Torres, no hace mención ningún historiador de las misiones capuchinas en la provincia de Cumaná. Más aún: poseemos la lista completa o «Memoria de los religiosos que ha tenido la Misión de Capuchinos de la provincia de Cumaná, desde que se separó de la misión de Caracas, de los que se han vuelto a España y de los que han muerto en la misióni) has– ta 1711, y en esa lista no aparece tal religioso; a no ser que quiera confunélirse con Fr. Miguel de Torres. Pero este religioso, que era hermano lego y que se distinguió por su ejemplar vida, vino a la misión en 1657 y falleció en ella a los 80 años, en 1699 5 • Consiguientemente, tampoco puede referirse a él, puesto que en 171O ya había muerto. Los otros apoyos y argumentos manejados por los defensores de esta opi– nión, si es que ya puede así llamarse y no más bien un verdadero error his– tórico, no resisten ni mucho menos el tamiz de una benigna crítica 6 • Por lo mismo no insistimos sobre ello y descartamos por entero, como ca– rente siquiera de probabilidad, esa fecha de la fundación de Maturín en 171O. José Francisco Carreño, gobernador de la provincia de Cumaná desde 1715 7 , intentó en 1718 una entrada pacífica por los llanos y riberas del Guarapiche; su objetivo final era la fundación de un pueblo de españoles en la ribera o proximidades del citado río, con lo que se prometía dejar resguardadas y bien defendidas las misiones, y juntamente se conseguiría así acabar con el contra– bando de los extranjeros, ejercido a través del Guarapiche, entonces en muy buenas condiciones de navegación. Sin embargo aquella entrada no fué ni mucho menos pacífica sino de tristes consecuencias para las misiones. Los cari– bes se levantaron en guerra y atacaron los pueblos pertenecientes a la misión, San Francisco y San Félix, destruyéndolos totalmente. Esos extremos obligaron a Carreño a, organizar una expedición de castigo en contra de los indios le– vantados. Un hecho muy importante de esa expedición fué el combate per– sonal entre el capitán Arrioja y el cacique Maturín, quien, al frente de sus indios, salió a cortar el paso a los expedicionarios. La lucha se entabló precisa– mente en un sitio destacado que llevaba ya de antiguo el mismo nombre que el cacique, o sea Maturín también, y al caer aquél muerto por el capitán es– pañol Arrioja, los indios que le seguían se dispersaron a la desbandada, con lo que terminó la lucha 8 • 5 Archivo General de Indias (AGI). Santo Domingo, Leg. 642. 6 ARMAS CI1TY, 114-115. ÜJER, 48-49. 7 Cfr. Cédula de su nombramiento en ese año (Archivo General de Simancas (AGS). Dirección general del Tesoro, lnv. 2, Leg. 15, n. 0 105). 8 ANTONIO CAULÍN, O. F. M. Historia corográfica, natural y evangélica de la Nueva Andalucía, Provincias de Cumaná, Nueva Barcelona, Guayana y vertientes del Orinoco. Biblioteca de Autores Españoles, tomo CVII. Estudio preliminar y edición de don Gur, LLERMO MORÓN, Madrid, 1958, Libro III, cap. XXII, p. 455. Las citas las hacemos por esta edición. -5-
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