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En el mensaje del ángel hay una referencia clara y expresa a la situac ión de Is abe l que se halla embarazada de seis meses. El ánge l pone de relieve la dimensión milagrosa de las dos rnaterniclacles con una puntualizaci ón bíblica y teo– logal: " po rque para Dios nada hay imposible". La cuestión decisiva es que el destino ele Isabel y de María, de Juan y de Jesús llevan la marca de una historia providenc ial por deci– sión divina. La maternidad de Isabel es obra ele Dios, del poder de Dios. Isabel es considerada como una mujer estéril porque, en rigor, es estéril biológicamente. No ha podido engendrar en su mocedad ardiente que es la zona natural de la fertilidad. Y ahora, en la vejez, cuando el cue rpo está march ito y reseca la sangre vital , ha concebido un hijo. No es la fuerza de la san– gre, es la fuerza ele Dios qui en ha engendrado un hijo en el árbol desarbolado del cuerpo ele Isabel. La prueba consiste en que si Dios ha hecho una excepción a las normas biológicas de engendrar, tiene poder así mismo para que María sea virgen y Madre, que sea madre sin dejar de ser virgen . El modo, por el cual pregunta María, en su tur– bación, queda aclarado por las palabras del ángel que ya hemos glosado y reflexionado. "Porque para Dios nada hay imposible" . El Evangelio de La Visitación es de Lucas: ·'Por aquellos días partió María y se fue apresuradamen– te a la mon taña, a una ciudad de Juclá, entró en easa de 99
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