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to. Reconocen su incapacidad para la comprensión del miste– rio y en el fondo de sus dudas hay una profesión de humildad. Existe el misterio, pero precisamente por ser misterio, rebasa las fuerzas de mi razón y las de cualquiera inteligencia crea– da. - No me cabe en la cabeza. Me parece imposible que sea así. Lógico. El misterio es inmenso y tu cabeza impresionan– temente pequeña. ¿Cómo vas a abarcar con tus ojos los millo– nes de estrellas del firmamento si no tienen cabida más que para cien estrellas? ¿No ves que es un capricho infantil y ridí– culo meter el inmenso mar en la concha insignificante ele tu inteligencia? Para descubrir el firmamento estrellado y el mundo miste– rioso de los astros me sirvo ele las gafas de aumento del teles– copio. Para descubrir el mundo mi sterioso de Dios, pido a Dios los ojos nuevos de la fe. La fe me hace ver el mundo lejano y el mundo interior con los ojos de Dios. Con los ojos ele Dios, la maternidad virginal de María se prueba con argu– mento de lirios florecidos ... La fe viva es dinámica y creadora. La pupila del entendi– miento gana en profundidad, en fuerza y en transparencia con la frecuentación de los misterios de Dios y con la larga ejer– citación de una vida sobria, religiosa y justa. Razón y fe nos hacen ver la distancia infinita que va de la creatura al Crea– dor, la desproporción radical entre el hombre y Dios. Dios desborda nuestra razón en todo el ámbito del ser. Fe viva es "la capacidad de soportar duelas", elijo Newman con frase genial. Con la luz ele la fe se iluminan los caminos y las zonas oscuras del misterio. A la luz ele Dios es incues– tionable el misterio. Los limpios de corazón viven en plena libertad el amor apasionado a los misterios de Dios... 96

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