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"desatar nudos" y romper ligaduras que esclavizaron a Eva: la incredulidad, la desobediencia, la rebeldía, el endiosamiento. María tiene que arrancar los "cardos y espinas" de las rastro– jeras de Eva. La mujer ejerce una verdadera causalidad moral , en el citado pasaje de San lreneo: Eva es "causa" de la muerte, engendrada en la culpa, Maiía es "causa" de la salvación, según el original griego que subraya con rigor científico el profesor Enrique Rivera, en su "Visión cristiana de la historia y otros textos." En este concierto maria!, no podía faltar la voz poética, ni la imagen plástica, ni la adivinación creati va. El trovador es San Efrén que describe y glosa en metáforas espléndidas la antítesis Eva-María. Los "Himnos sobre la Iglesia", con cla– ras reminiscencias evangélicas, glosan las palabras de Jesús: "Sí tu ojo fuere limpio..." Los ojos de Eva están enceguecidos por la concupi scencia. María es la mujer de los ojos perfec– tos, que capta con absoluta niti dez la imagen divina y las cosas de Dios. "Con (el ojo) percibió Eva la belleza del árbol, y se formó en su espíritu el consejo del aswto. Y arrepentimiento fue el resultado de su acción... " "El <~jo es purificado por el sol, por la unión con él. Él vence por sus armas, se hace claro por su brillo, y radiante por su resplandor y hermoso por su ornato. lvlaría es como el ojo: lo luz se posó en ella, hizo pu ro su espíritu, su reflexión, su pensamiento y purificú su vilginidad. " Eva es la oscuridad y lo tenebroso del mal y el homb re va ciando tumbos y camina a tientas y tropieza en todas las pie– dras del camino. María es claridad y resplandor y se proyec– ta con sus rayos de luz sobre el hombre y sobre el umverso 36