BCCCAP00000000000000000000338

La lógica de estos razonamientos nos lleva a la seriedad de la consagración que es un compromiso de dedicación exclu– siva -en el ser y en la acción- a María, Señora y Madre: los sentidos corporales estún en función exclusiva del servicio amoroso a la Madre. La concupiscencia de la carne, la con– cupiscencia de los ojos, la soberbia de la vida son una profa– nación. La mirada impura. los deseos turbios, las ideas sucias son una profanación. El lenguaje obsceno, agresivo o despec– tivo es una profanación. La visión hedonista de la vida es una profanación, una ofensa culpable a lo sagrado. La consagración es la afirmación expresa y vigorosa de lo sagrado, que se renueva cada día con ilusionado afán. No se trata de una repetición de fórmulas que llevaría a la rutina, al cansancio y al bostezo. Es una renovación que se enriquece cada día con perspectivas nuevas, con nuevos descubrimien– tos, con nuevos enfoques, con originales matices sugestivos. Como la imagen de la Virgen en blanco y negro se va perfec– cionando y embelleciendo con la impresión de los diversos colores -el amarillo, el violeta, el verde, el rojo, el azul- así la imagen viva en el corazón. El lenguaje del amor -idioma nati– vo de la madre- mientras mús se dice más expresivo es y más sabroso... En el "mimetismo" devocional tiene particular relieve lo repetitivo, la concretez, la representación dramática, la des– cripción detallista y los gestos expresivos. Repetir es insistir en lo mismo, pero con diversos matices, como en el romance de Gerardo Diego en que el río es ejemplo de firmeza y de novedad: ··cantar siempre el mismo verso, pero con distinta agua.. .'' Lo esencial es permanente en el reloj del tiempo y del espacio. La naturaleza "repite" las primaveras siempre con la misma vitalidad y hermosura, pero con las mismas "distintas" flores. Por el mes de mayo, vamos todos con flores a María y en el corazón enamorado de la Virgen siempre es primavera. El amor a María "repetido" millones de veces se asoma a las fronteras de lo eterno... 280