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Intensa vergüenza. porque en el espejo de María hay que mirarse sin pestañear y enfrentarse con la propia fragili– dad. con fallos y defectos humillantes. con los fondos turbios de la pecaminosidad. ... y con inmensa esperanza. Los espacio, de luz son cada vez m<ís largo;. y de más intensidad y la o,curidad meno, densa y más lejana... MARÍA: RAÍZ Y ESPEJO La labor de catarsis y adecentamiento se prolonga a lo largo de todo el proceso evolutivo y nos sitúa en un estado permanente de conversión. No basta con la buena sementera. Como el labrador. hay que vigilar los campos de pan llevar y cortar los hierbajos. los matojos y las malezas que pueden sofocar las cañas verdes del trigal y malograr la cosecha. Y limpia ya y luminosa la pantalla del alma. la imitación de María es una aventura dramática y apasionante. En la pers– pectiva de la luz aparece la figura de María en todo su esplen– dor. Captamos con toda nitidez el sentido de su existencia y. siguiendo el ejemplo de la madre. vamos camino adentro de la psicología mariana en un clima de serenidad y de reflexión. Conservamos en el corazón todo lo que nos dicen de Ella, todo lo que Ella nos dice de sí misma y lo que nos dice de nosotros y para nosotros. En efecto, María está emitiendo siempre en la onda de Dios y en la onda de nuestra vocación y destino. Cuando sin– tonizamos en esa frecuencia se dilatan los espacios del amor, se dilata el corazón y se hace más grande. más hondo, más receptivo. Estamos en la zona de aprendizaje de las actitudes más características de la madre. En la reflexión descubrimos el "proyecto de Dios" sobre nuestra vida. La presencia de la madre nos hace fuertes para realizar con fidelidad este pro– yecto. La reflexión nos abre los horizontes más sugestivos. Imi– tar a María no consiste en copiar los rasgos de la morfología de la madre en lo físico, ni en lo anecdótico, ni siquiera en lo histórico. Lo importante -y yo diría que lo decisivo- es reves- 277

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