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sabiduría de las almas luminosas que nos metieron en la inte– ligencia el pensamiento pulcro de la veracidad. de la sencillez y del sentido de Dios. La especialidad de las madres es la formación del '·ordo amoris·•. la ciencia inefable del buen carácter. de Ja disciplina de los sentimientos. de la madurez humana y espiritual, con una adaptación sabia a la psicología infantil. En el espejo materno aprendimos la grandeza del alma. la luminosidad y transparencia en los gestos. la belleza de un corazón puro. el esplendor y la fortaleza del amor a Jesús y al hermano... La madre e:, el corazón del hogar y la animadora de la con– vivencia en paz y armonía. Mientras vive la madre es lazo de unión entre los hermanos que vuelven siempre a sus raíces al reclamo de la figura amada... MATERNIDAD "ESPIRITUAL" El calificativo "espiritual" no es una evasión de la realidad al mundo de la fantasía, de las ideas abstractas o a las nubes flotantes del sentimentalismo. No es una limitación o una rebaja del ser maternal. En rigor. es una perspectiva dinámica en que la maternidad se realiza en toda su extensión y en toda su intensidad. María no es nuestra madre "carnal" como la madre teITe– na. No hemos nacido ni de la carne, ni de la sangre, ni del cuerpo virginal de María. Hemos sido engendrados como criaturas nuevas de la Pasión y Muerte de Jesús y de los dolo– res de su Madre al pie de la cruz. No hemos nacido de las entrañas de su carne. Hemos nacido de las entrañas virginales de su amor, somos el fruto bendecido de su corazón. Somos hijos "adoptivos'' de María en el sentido profundo de ·'parti– cipación" en que somos hijos adoptivos de Dios por la gracia. Somos hijos de María, no por un título jurídico sino por un testamento de amor: nos llamamos y "somos" hijos. El ser de María es maternal. Maternal es su quehacer. María ejerce sus funciones maternales con asombrosa 272
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