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droga del sexo siente con particular intensidad el ..síndrome de abstinencia". La radiografía de los ·'limpios de corazón" nos presenta un organismo sano, lleno de vitalidad, de pujanza y de armonía: - la memoria es vidriera transparente de la presencia viva de la gracia y de las maravillas de Dios. Se reserva el derecho de admisión y sólo se abre la puerta a lo que es honesto. pulcro y fragante. Queda prohibida la entrada a las imágenes instintivas que pueden manchar o deshon– rar los esplendores de la carne. Las imágenes impuras huyen en desbandada como pájaros oscuros porque no resisten la luz deslumbradora de la pureza. Cuando los limpios de corazón sienten el fardo pesado del cuerpo carnal o el rejoneo del aguijón de la carne. oyen una voz poderosa que anima al combate: "te basta mi gracia". Y con la gracia. cada vez se cae menos y cada vez son más pequeñas las caídas hasta el triunfo final. la inteligencia purificada se va haciendo progresiva– mente más esplendorosa. Se puebla de las ideas-fuerza de la mentalidad cristiana que es ver y valorar el cuerpo con los ojos de Dios. El hombre de ojos puros considera el cuerpo como obra de Dios. corno templo de Dios, como manantial de la vida y lo trata siempre con respeto y con honor. La pureza es un valor incuestionable. la voluntad se convierte en fortaleza contra las fuerzas hostiles de la biología, del instinto y de la pasión en un ejercicio resuelto de la virtud de la castidad. Esta ejerci– tación pone al hombre en forma para superar las pruebas más arriesgadas sin concesiones a la carne que es frágil y cobarde. La experiencia gozosa de las victorias da únimo para las aventuras rnús originales de la libertad y de la gracia: revolcarse entre zarzas y espinos o aterirse de frío en lo mús crudo de las nevadas. No se trata de fantasías: son hechos, son historia, son vida. Sin llegar a estos extremos de heroísmo. se impone una realidad evidente: la casti– dad impone renuncias, jornadas intensivas de sudor y lágrimas, capacidad enorme de lucha y de oración. Pero, nobleza obliga. El mejor escudo nobiliario es el lirio y la azucena. Y el cántico nuevo del esplendor de la carne... 261