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dilla de los traficantes y obsesivos del sexo. con su fea cata– dura moral. Sin embargo. la visión cristiana de la vida es opti– mista por una experiencia esperanzada. De la misma materia corporal. del mismo barro terreno :-,e fabrican la imagen oscu– ra del degenerado y del santo. ··Donde abundó el pecado :;obreabund6 la gracia..... La libertad ha sido herida, pero no de muerte. Con la gracia divi– na y el esfuerzo humano. el hombre consigue la verdadera libertad. que es dominio y señorío de instintos, tendencias y pa:-,ione~. conforme al designio divino. Hombre y mujer se han hecho criaturas nue\ as. una "generación casta con clari– dad". La ca:-,tidad ha tlorecido en los esplendores de la carne. El cuerpo humano por la ca:-,tidad e:-, luminoso. transparente y claro. La carne en gracia florecida es e:-,pejo claro y manantial de pulcritud y de belleza. El cuerpo se transfigura con la armonía entre lo:-, sentidos corporales y el alma espiritual. Los sentido:-, se embellecen con la belleza del espíritu. Lo:-, sentidos son el espejo de esta– dos del alma. una expresión sensible del pensamiento y de la afectividad en todas sus forma:-,. El cuerpo humano es divina– mente maravilloso cuando se ha dejado labrar por las manos de Dios, en esta nueva creación de la gracia. más admirable aún qut: la creación primera. La biología genética nos asombra con la imagen y los efectos sonoro:-, del feto en el vientre materno. desde <,u esta– do embrionario ha;,ta el día del nacimiento. en un proceso de maravilla y de asombro. De<,de el seno materno. la Cigura del nuevo ser es una obra perfecta de ingeniería genética con su código personal irrepetible. La" maravillas del cuerpo humano. como naturaleza físi– ca. tienen su vértice en la sintonía con el espíritu que lo anima y le pone en e:-,tado de gracia. Lo:, ojos son biografía de los sentimientos más profundos: la comprensión. el asombro. la tristeza. el dolor. el gozo. la inquietud. la vehemencia. El mejor espejo de la virginidad. que es siempre esplendorosa. son los ojos del niño inocente. de la joven pura. del santo que ha salido victorioso en las batallas contra la carne. Los ojos 258