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Es un texto estrictamente mariano, en opinión de los teólogos más serios de nuestro tiempo. El magisterio de la Ig lesia lo ha refrendado con su máxima autoridad. El pasaje bíbl ico es de una hondura y belleza teologal y psicológica impresionantes. Es un texto de vigente actualidad en los documentos pontificios y que goza de un prestigio incuestio– nable en el proceso de la Tradición desde los primeros tiem– pos . Las figuras de Eva y María son las protagonistas en el drama de la culpa y de la gracia, del fracaso y de la rehabili– tación, de la enemistad con Dios y de la Redención por Dios. Dios Creador saca al hombre de la nada y lo forma en esta– tua de barro a su imagen y semejanza. El hombre es el rey de la creación, con un señorío abso luto del mundo creado por Dios. Se pasea con el Señor en la brisa de la tarde y hablan y se comunican como amigos. Adán lo tiene todo , puede dis– frutar ele todo, está dotado de todas las cualidades ele la natu– raleza. Y, sin embargo , psicológ icamente siente una enorme soledad. Dios se hace cargo de este sufrimiento y crea a la mujer como compañera, como novia, como esposa, con un manda– miento claro de amor y ele procreación : "Creced y mu ltiplicaos y llenad la tierra." Eva es la reina del paraíso. Es inteligente, hermosa y buena. De verdad que su vida es un paraíso terrenal. Disfrutan de todos los placeres ele los sentidos, gozan en su amor, como tortoli– llos locamente enamorados. Y vio Dios que el amor es bueno. Era un amor de pujanza y vitalidad, sin las tribu- 29